Siempre colectivo, nunca Ómnibus

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A menos de dos meses de la asunción de Javier Milei en el gobierno, se desarrolló el primer paro nacional impulsado por la Confederación General del Trabajo (CGT), con el acompañamiento de las dos vertientes de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y la Unión de Trabajadoras y Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y diversas organizaciones sociales. La movilización en todo el país fue un contundente mensaje para la nueva administración.

El 24 de enero, en la ciudad de Córdoba el paro modificó su habitual movimiento. Con un acatamiento moderado en los lugares de trabajo, sus callesse mostraban semivacías. Desde temprano, la instalación de vallas metálicas sobre las veredas céntricas, anunciaba si, una importante movilización.

Sobre la avenida Vélez Sarsfield, frente al Patio Olmos, un camión ocupaba toda la calzada. Sobre su remolque playo se llevaría a cabo el acto principal.

Allí el rechazo a la ley “Ómnibus” y al DNU, impulsado por La Libertad Avanza (LLA) convocó, no solo a los principales gremios, si no a organizaciones de la cultura, derechos humanos, de la educación, ambientales, feministas, a medios de comunicación y a ciudadanos autoconvocados.

La convocatoria fue tan amplia como modificaciones legislativas propone la ley ómnibus.

Un poco antes del mediodía desde el norte, bajo un fuerte sol, cientos de personas encolumnadas detrás de distintas banderas comenzaron a colmar la avenida Velez Sarsfield.

Por Boulevard San Juan la nutrida columna de la CTA llegaba ruidosa a Patio Olmos. A pocas cuadras de allí agrupaciones de la cultura hacían intervenciones acrobáticas, que disonaban con la tensión propia de tan masiva demostración popular.

Recolectores de residuos, docentes, trabajadores de medios de comunicación comunitarios, trabajadores de la salud, científicos, jubilados, inquilinos, trabajadores aeronáuticos, estatales, investigadores, asambleístas ambientales, todos, todas mezcladas pero unidas en un reclamo único: “No a la Ley Ómnibus”, “La Patria No Se Vende”.

Colorida y pacífica, la marcha no registró incidentes con las fuerzas de seguridad. El desborde por parte de la policía en los cacerolazos de fin de año, era un antecedente fresco.

Sin embargo, la protesta tuvo un espíritu claro en la capital provincial, sin la distorsión que provoca la violencia mostró el amplio rechazo a las medidas del gobierno nacional.

En el improvisado y móvil escenario se leyó un encendido documento, donde el reclamo llegó también al gobierno de Martín Llaryora. En Él, las principales centrales obreras señalaron, “la totalidad de organizaciones sindicales estatales han rechazado la baja de contratos realizada por el gobierno provincial y exigen que se respete la Tutela Sindical, expresamente protegida por el artículo 48 de la ley N° 23.551”.

En otro pasaje de dicho documento expresaron “en línea con las políticas aplicadas por el Gobierno Nacional, se suma el último aumento en los aportes jubilatorios y al APROSS. Provocando un deterioro sobre los ya erosionados salarios, profundizando los efectos de la inflación, los aumentos de precios y tarifas”.

El mensaje fue claro. Un gobierno puede ser legal y legítimo a partir de los votos que recibió, pero de ningún modo puede gratuitamente intentar modificar de raíz las normas que constituyen a su sociedad, sin recibir el rechazo popular.

Durante más de dos horas la marcha acumuló miles de personas en centro de la ciudad de Córdoba. El calor del verano no impidió que los cánticos y consignas, acompañados por bombos, dejaran su claro mensaje de rechazo a las políticas de Javier Milei.

La desconcentración fue lenta y sin incidentes. Flotaba en el aire la sensación de que aún la democracia guarda, en la movilización popular, un mecanismo indispensable para su funcionamiento.

El ajuste económico salvaje, que castiga principalmente a los y las trabajadoras, la desregulación sin límites de los recursos energéticos, la desprotección ambiental, no será soportado mansamente por el pueblo. Esta consigna, “Siempre Colectivo, Nunca Ómnibus”, resume el espíritu de este primer paro nacional en tiempos irracionalidad libertaria.

Fotos: Ludmila Rosetti

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