Presente en el acto de inicio del año legislativo de Alta Gracia, el asesor del Gobierno Provincial y ex ministro de Obras y Servicios Públicos, Hugo Testa, dialogó con Tortuga en una entrevista en la que destacó la «administración eficiente» de Marcos Torres y cuestionó la definición «indigna» que el presidente Javier Milei esboza sobre la obra pública, a la cual considera un «nido de corrupción».
En principio, acerca del discurso de Marcos Torres del 2 de marzo, apuntó: «Me pareció muy acertado, sobre todo teniendo en cuenta la definición que tiene Marcos de lo que significa el rol del Estado en los ciudadanos. Un Estado presente, que se ocupa de los problemas de los vecinos. Como él dice, la primera ventana de atención de los vecinos es el municipio. Por eso el Estado en estas circunstancias, al margen de las cuestiones económicas que deben ser preservadas para una buena gestión y administración, el Estado tiene que estar presente».
Destacó Testa también «la cantidad enorme de cosas que se vienen haciendo en un contexto de muchas dificultades, donde el gobierno nacional prácticamente desapareció de la escena provincial y municipal«, en lo que refiere a apoyos que «antiguamente les permitían a los municipios crecer desde lo económico con una mayor soltura».
«Lo que planteó Marcos indica que hay una administración eficiente, que se cuidan los recursos del Estado y que se aplican correctamente», sintetizó.

PORTAL TORTUGA (PT): ¿Qué opinión te merece la consideración del presidente Javier Milei de que la obra pública es un nido de corrupción?
HUGO TESTA (HT): Es una definición realmente indigna. La obra pública es el motor fundamental del crecimiento y el desarrollo de una sociedad. Los Estados Unidos crecieron por la infraestructura y no por el superávit fiscal, precisamente. Crecieron por el desarrollo. Argentina necesita movilidades importantes, por lo extenso que es. Es fundamental para poder crecer, tener infraestructura. Y no solo vial y ferroviaria, necesitamos gas, energía, buenos servicios de agua y cloaca. Obras a las que los Estados locales individualmente no pueden hacer frente, por el tamaño y la dimensión de las inversiones. Es muy preocupante que el Estado Nacional se desentienda de la inversión en infraestructura, y sobre todo que la califique como un acto de corrupción«.