Eso es lo que propone la muestra plástica “No sé” de la joven artista altagraciense Lur Des, que desde el 10 de abril está expuesta en el espacio cultural comunitario Casa Caparazón. Dibujos, pinturas, fotos, graffittis, fanzines, trazos gruesos y atolondrados, ironía e inocencia. Provocación permanente. Arte que chorrea.
Lur Des, conectada al Facebook un sábado pasada la medianoche, recibe la propuesta de responder por chat cinco preguntas. Y accede. Las respuestas son espontáneas como sus piezas de arte y premeditadas como su apelación permanente a la provocación. “Es el sentido de toda la muestra, siempre, siempre. Si no, no valdría la pena”, manifiesta.
“Se llama ‘No sé’ porque es mi primera muestra individual y, como todo novato, ‘no sé’ muy bien lo que estoy haciendo”, contesta a la primera pregunta, un poco en serio y un poco en broma.
– ¿Cuál es la importancia que tiene el humor en tu trabajo artístico?
– Emmm, ¿“No sé”? –se sonríe nuevamente.
En el salón de la Casa Caparazón, en el primer piso de Urquiza 28, en la Cooperativa Fábrica de Ideas, la pared está intervenida con dibujos y pinturas, que increpan con la repetición compulsiva de la palabra “caca”, la mirada desafiante de un conejo aguerrido con una ametralladora, fantasmas de los de las clásicas sábanas blancas en distintos formatos, un pene que ha tragado un elefante (ala Principito), entre otras piezas que parecen siempre significar más de lo que muestran superficialmente.
– Tus trabajos se presentan en diversos formatos: dibujos, pinturas, murales, fotografías, disfraces, fanzines, vídeo. ¿Esto es espontáneo o planificás conceptualmente tu obra?
– Las dos cosas. Es espontáneo porque se me ocurre una idea y la llevo a cabo en el momento. En el formato en que se me haya ocurrido; es decir: dibujo o pintura, o video. Y si no puedo, anoto la idea en una bitácora y cuando se presenta la oportunidad, lo hago. Así sucede con algunas intervenciones en la calle o fotos que saco. Hay veces que no ando con la cámara encima y anoto el lugar.
Lur Des es una artista de estos días, moderna, contemporánea, en cuya joven obra habita un vértigo propio de un viaje en skate por la Belgrano en bajada, cualquier sábado por la mañana. Tiene 22 años, estudia Artes en la Universidad Nacional de Córdoba y observa en cada pared y papel, un posible bastidor.
La última pregunta es tramposa. Incluye tres en una. Lur Des lo advierte y sonríe, se toma unos minutos y finalmente responde casi como en un telegrama: “El arte es algo que se les chorrea a las personas que lo hacen. Una obra debe contener mucha mucosidad y como artista me propongo mandarme muchos mocos”.
Como los personajes de sus obras, Lur Des sabe algo que no quiere decir y que se halla escrito en clave en su muestra, bautizada precisamente “No sé”. He allí una provocación.
Por Pablo Rodríguez