150 ediciones, 4 años

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El primero de octubre de 2010 salíamos a la calle con el nuevo producto comunicativo de la Cooperativa Fábrica de Ideas: Papel Tortuga, por entonces un mensuario gráfico de 24 páginas donde, a primera vista, predominaba la palabra y la fotografía por sobre el espacio publicitario.

Cuatro años después, 149 ediciones más tarde, Papel Tortuga es desde hace dos años y medio un semanario con la misma impronta.

Con aciertos y errores, nuestro periódico fue creciendo en lectores, asentándose en la propia comunidad y ganándose el respeto social a fuerza de coherencia y trabajo profesional.

Papel Tortuga, primera experiencia del periodismo gráfico cooperativo en la región, caminó siempre bajo la premisa de no mercantilizar la información a la que consideramos un bien social, un derecho humano.

Nuestra irrenunciable decisión de visibilizar y amplificar las voces históricamente ignoradas por los medios de la región, nos llevó no pocas veces a situaciones que pusieron en riesgo la subsistencia de nuestro proyecto comunicacional.

No dudamos ni un segundo, por ejemplo, en sostener la cobertura de la lucha de los arroyos, pese a las operaciones que sufrimos por parte del barrio privado presionando a nuestros clientes para que no publicitaran en nuestro medio, so pena de dejar de ser sus proveedores. Sólo por mencionar uno de los tantos intentos de presión.

Y es que nuestro capital no es económico. Nuestro fin no es el lucro.

Nos constituimos como una empresa de administración democrática cuyo fin es democratizar la palabra, desarrollar el pensamiento crítico y promover la participación ciudadana sobre la base del trabajo digno, responsable y profesional.

Nuestro capital es social. Nuestra utilidad es sabernos herramienta de quienes luchan por una sociedad más justa. Lo ha sido desde la primera edición.

Con honestidad, hemos garantizado pluralidad de voces sin esconder la posición del medio cuando la tuvo, algo poco usual en los semanarios locales lo que nos vale el orgullo de saber que nuestra credibilidad es la más alta de la región.

A una semana de cumplir nuestro cuarto aniversario, con el entusiasmo propio de los que creen en la capacidad de sus comunidades para superarse día a día sin excluir a nadie, aceptamos el desafío de seguir acompañando al Valle de Paravachasca en cada edición, escribiendo sus victorias y sus derrotas sobre nuestro papel, con el anhelo de poder sumar nuestro granito de arena en la construcción de ese mundo mejor.

Sebastián Gualda, Director de Papel Tortuga

 

Jugar de local

Dicen que los diarios van a desaparecer, que los libros van a desaparecer, que los procesos tecnológicos y de convergencia digital llevarán a que todos consumamos medios e información mediante pantallas, múltiples pantallas. Pero para que esto suceda (si es que sucede) podrían faltar varias décadas. Por otra parte es inengable la importancia que tienen los medios gráficos desde un punto de vista estratégico, ya no tanto a la hora de fijar agenda (en eso sí lo digital y lo multimedial avanza), sino en materia de análisis político, de espacio para reflexionar, de marca y huella tangible de la historia que se va plasmando en papel y que se archiva aún en las hemerotecas.

Que el papel es romántico, es para nostálgicos, que es cosa antigua, que es caro, que ocupa lugar, son las marcas negativas que hacen vaticinar la supuesta desaparición de los diarios. De hecho, grandes y tradicionales periódicos mundiales han disminuido su tirada y van poco a poco migrando su inversión hacia plataformas digitales. El proceso globalizador en el que están inmersos los llevan a ese apuesta en sus negocios.

Pero hay un dato que es clave para las publicaciones de tirada local como Papel Tortuga. En las localidades, en las ciudades que se consideran «chicas», los diarios que más se consumen son los locales en detrimento de los nacionales y de los provinciales.

Esto nos lleva a pensar la importancia y relevancia de los medios gráficos locales. El rol social y político de estos en cada lugar, en definitiva la importancia de la comunicación.

Papel Tortuga advirtió esto desde el primer momento constituyéndose como un medio que entiende la comunicación como un derecho. Y esto implica un trabajo por parte de los redactores, editores, diagramadores, administrativos y distribuidores, más comprometido. Papel Tortuga es parte de un contexto, es un actor más de esos lugares.

Por eso es tan gratificante y a la vez tan dificil hacer un semanario como este, porque las desiciones editoriales no se basan en una cuestión de más o menos ventas, sino en un proyecto social que busca acompañar, reflejar y reflexionar sobre la actualidad del Valle de Paravachasca desde una comunicación ciudadana, responsable y constructiva.

Estas 150 ediciones (de las cuales tuve el honor de dirigir gran parte) son una muestra de esa intención, un registro de esta historia, un ejemplo de que las necesidades de cada lugar superan los mandatos que intentan imponer las lógicas comerciales globalizadoras. Salud por más ediciones y por la comunicación popular.

Por Ana Laura López, ex directora de Papel Tortuga.

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Cada vez más despiertos

Empezamos a soñar Papel Tortuga, una siesta de invierno de hace cuatro años, con el propósito de aportar al universo de medios gráficos de Alta Gracia, una publicación que invitara a leer, con entrevistas, informes y coberturas que no eran habituales en la oferta local. Pretendimos hacer un aporte al análisis y la reflexión sobre la actualidad local, dentro de un contexto provincial, nacional e internacional.

Inicialmente, se trató de un esfuerzo mensual, a medio camino entre el diario y la revista, con nuevas plumas que se atrevieron a pintar realidades que no hallaban medios donde manifestarse.

Con el tiempo, siempre de la mano de la Radio Tortuga 102.7, la Cooperativa Fábrica de Ideas redobló la apuesta y convirtió a Papel Tortuga en un semanario. Si bien se acortaron las entrevistas y los informes, se incorporaron nuevas secciones y se fortaleció el perfil comprometido con las voces de la sociedad organizada.

Cuatro años y 150 ediciones después de aquella siesta de invierno, Papel Tortuga ha logrado, además de su inserción en el día-a-día de la comunidad como un medio confiable y serio, dar cuenta de que aquellos compromisos por más derechos y menos privilegios que se reflejan en sus páginas, tienen la posibilidad de existir y manifestar con fuerza sus reclamos y propuestas.

Por Pablo Rodríguez, primer director de Papel Tortuga

 

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