Miles de argentinas y argentinos están en Qatar acompañando a la selección nacional de fútbol masculino en el tramo final del Mundial. Guillermo Barrandeguy es un vecino de Alta Gracia que debió ser operado tras el partido ante Países Bajos.
El altagraciense Guillermo Barrandeguy está siguiendo a la Selección Argentina en Qatar.
En comunicación telefónica desde un nosocomio Qatarí con Radio Tortuga 92.9, brindó detalles sobre su estadía, repasó algunas anécdotas y se refirió al motivo por por el cual está internado.
«La noche anterior del partido con Holanda me empieza a doler la panza (…). Pensé que serían los nervios porque si perdía Argentina íbamos a tener que volver (…). Me fui a acostar y me tomé un Sertal. Al otro día me levanto y el dolor de panza era peor«, contó Guillermo.
En la previa al partido con Países Bajos, el argentino fue al Hospital ubicado en la zona donde está parando, y sólo recibió algo de medicación. Sin embargo, fue advertido de que si el dolor no pasaba, podía ser apendicitis.
«Cuando me levanto de la siesta me levanté tiritando, con mucho frío. (…) Me pusieron una inyección y la médica me dijo que no vaya al partido. Le dije que era imposible que no fuera, ya tenía la entrada«, recordó.
Barrandeguy asistió muy dolorido al partido en el que Argentina le ganó por penales en los Cuartos de Final a Países Bajos.
«Por dentro decía, ‘ya está 2 a 0, terminan los 90 minutos, me voy, me relajo, me baño y ya está’. No, empató Holanda en el minuto 90 y me quería matar. Media hora más era sufrimiento por todos lados«, manifestó.
El altagraciense no podía cantar ni alentar porque estaba temblando y con fiebre, y a ello se sumó que el partido se definió por penales igualados tras 120 minutos.
Luego del triunfo, Barrandeguy ni siquiera pudo celebrar.
«Como el partido terminó tan tarde, llegué a las cinco de la mañana a donde estoy viviendo«, relató.
Operación
Guillermo durmió unas horas tras el partido, y volvió al nosocomio por los fuertes dolores.
«Al otro día vuelvo a la Clínica, me tocan la panza y evidentemente era apendicitis«, contó.
En la ambulancia, mientras Barrandeguy sufría, el keniata y el filipino que lo trasladaban, le hablaban de Lionel Messi, mientras el altagraciense pedía «acelerá que me estoy muriendo«.
Luego de los estudios de rigor, más la ecografía que confirmó el diagnóstico, le extrajeron el apéndice. Por la operación, hasta el lunes 12 de diciembre seguía internado.
Por una disposición del Gobierno Qatarí para el Mundial, Barrandeguy no debió pagar. Ahora el altagraciense espera que le den el alta el martes 13 para poder ver el partido de semifinales contra Croacia que se juega a las 16 horas de Argentina, y a las 22 de Qatar.
El drama de las entradas
El valor de la reventa de entradas en Qatar, depende del partido y el estadio. Para ingresar contra Croacia, había tickets de reventa por 700 Dólares, cuando los oficiales estaban a 600.
Sin embargo, Barrandeguy que vio todos los partidos de la Selección, reconoció que en el partido contra Polonia de la primera fase, fue más difícil conseguir entradas.
Esto se debió a que tanto ante Arabia Saudita como contra México, Argentina jugó en el Estadio Lusail, con capacidad para más de 88 mil personas. Contra Polonia, la sede fue el ya desmontado Estadio 974, con aforo para 44 mil.
En ese marco, el altagraciense no conseguía tickets para la tercera fecha.
«El Estadio tenía capacidad para 40 mil personas, que es chico para la cantidad de argentinos que había. No conseguíamos entrada por ningún lado, ahí la reventa estaba muy cara, estaba arriba de los mil Dólares«, contextualizó.
Mientras Barrandeguy y un amigo recorrían las afueras del Estadio 974 con un cartel que decía «i need tkt», un argentino llamado Mateo le preguntó por qué no tenían tickets para el partido.
«El loco (por Mateo) me dijo que lo esperáramos un ratito, porque FIFA estaba regalando. Dijimos, ‘si nos comemos una pelotudeada, nos la comemos’, (…) pero volvieron Mateo y Juana con un ticket para cada uno«, rememoró.
Guillermo dijo que no podían creer lo que había pasado. Como los chicos trabajaban para una multinacional, obtuvieron dos entradas y decidieron regalarlas.
De esta manera, asistió a los cinco partidos que ya jugó el equipo de Lionel Scaloni, mientras aguarda el alta médica para asistir acompañar en las semifinales a Lionel Messi y compañía.
