El Centro de Estudios Legales y Sociales (Argentina), Terra de Direitos (Brasil), BASE-IS (Paraguay), Fundación TIERRA (Bolivia), Misereor y ECCHR (Alemania) presentaron una queja ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Demandan a Bayer AG que realice cambios sostenibles en sus prácticas empresariales, con el fin de respetar los derechos de las comunidades locales y el medio ambiente.
La presentación de queja de las seis organizaciones de sociedad civil se realizó en Alemania para echar luz sobre la responsabilidad de la empresa en los impactos negativos por el uso de semillas transgénicas y agroquímicos a base de glifosato, explicó el CELS, en una publicación que dio a conocer oficialmente
En la denuncia, responsabilizan a Bayer «por los graves impactos en el ambiente y los derechos humanos que genera la agricultura industrial en Sudamérica«. La queja ante la OCDE documenta cuatro casos concretos que muestran los impactos negativos de este modelo agrícola en áreas donde Bayer AG comercializa sus productos ampliamente.
«A partir de la evidencia de una investigación amplia y de numerosas entrevistas con comunidades afectadas, comprobamos que la empresa promueve en Sudamérica un modelo de agricultura que provoca inseguridad alimentaria, escasez de agua, deforestación extrema, pérdida de biodiversidad, graves consecuencias para la salud y conflictos por la tierra con comunidades indígenas y campesinas«, detalló el CELS.
Estamos en Berlín con @terradedireitos, @baseispy, @FundacionTIERRA, @Misereor y @ECCHRBerlin. Presentamos una queja ante la OCDE para responsabilizar a Bayer AG por los graves impactos en el ambiente y los derechos humanos que genera la agricultura industrial en Sudamérica. pic.twitter.com/kHSMKTldE8
— CELS (@CELS_Argentina) April 25, 2024
“La empresa no ha respondido adecuadamente a los graves riesgos para los derechos humanos y el medio ambiente directamente relacionados con su modelo de negocio en la región. Tampoco se han supervisado los impactos del uso de semillas genéticamente modificadas y pesticidas, ni se han tomado medidas adecuadas para prevenirlos y mitigarlos”, afirma Sarah Schneider, experta en agricultura y nutrición mundial de Misereor.
En promedio, más del 50% de la tierra cultivable de estos países se destina a la soja genéticamente modificada. Bayer asegura ser el líder latinoamericano en la comercialización de semillas de soja resistentes al glifosato y de los pesticidas basados en esta sustancia, precisa el CELS.
Respecto a la queja, Abel Areco, Director de BASE-IS, dice: “Mostramos que, a causa del avance del cultivo de soja, en nuestra región la gente sufre intoxicaciones y enfermedades graves; hay fuentes de agua locales tan contaminadas que no se pueden consumir más; las comunidades indígenas y campesinas son despojadas de sus territorios, afectando sus formas de vida y de alimentación; miles de hectáreas de bosque desaparecen, amenazando a los animales y plantas locales”.
“Las Directrices de la OCDE son claras en establecer deberes de debida diligencia para la cadena de valor descendente, sobre todo en los casos en que se puede prever el mal uso de un producto. Aunque la ley alemana de la cadena de suministro en su versión actual no incluya esta parte de la cadena de valor, Bayer debe cumplir con las Directrices de la OCDE. Pedimos que para la soja transgénica y pesticidas a base de glifosato, Bayer desarrolle políticas de debida diligencia basadas en el riesgo y que consideren el contexto en Latinoamérica para contribuir a una solución a largo plazo”, dice Silvia Rojas Castro, Asesora Legal del ECCHR.
La OCDE dispone ahora de tres meses para decidir sobre la admisibilidad de la denuncia y apoyar así la mediación entre las partes afectadas y la empresa. Las organizaciones esperamos que Bayer responda a la denuncia y participe activamente en la resolución de los problemas.