Diego Aranda: «La autovía no tiene que ver con las comunidades, sino con otros intereses»

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Las fuentes del Gobierno provincial confirmaron que antes del cierre del año ambas rutas de la autovía, Punilla y Paravachasca, quedarán habilitadas, coincidiendo con el inicio de la temporada alta de turismo de verano y el primer aniversario de la gestión del gobernador Martín Llaryora. En diálogo con Radio Tortuga 92.9, Diego Aranda, referente de la Asamblea Paravachasca, se refirió a la inauguración de la obra destacando su impacto social y ambiental.

En la primera quincena de diciembre, se abrirá la autovía de la Ruta 5, que conecta Alta Gracia con Villas Ciudad de América, cercana al dique Los Molinos. La nueva ruta de cuatro carriles presenta un trazado parcialmente nuevo y duplica tramos de la actual Ruta 5.

Diego Aranda, referente de Asamblea Paravachasca, una de las organizaciones opositoras al proyecto desde sus inicios, expresó su descontento con respecto a la inauguración y los impactos de la obra.

“La obra por lo menos lo que falta inaugurar de la autovía Paravachasca ya está finalizada desde hace varios meses. Lo que ha demorado la inauguración son las cabinas de telepeaje. Eso es lo que ha retrasado la construcción tanto en Paravachasca como en Punilla», afirmó Aranda.

El dirigente agregó que estos retrasos reflejan las preocupaciones que su organización ha manifestado desde el comienzo, no solo por el impacto ambiental e hídrico en los territorios, sino también por los beneficios económicos que, según él, priorizan intereses ajenos a las comunidades locales. “Todo esto de dilatar la inauguración tiene que ver con la construcción de cabinas de telepeaje”, señaló.

En cuanto a las consecuencias ambientales, Aranda destacó que la autovía ha afectado gravemente el ecosistema local. “Hemos documentado en dos instancias judiciales, un amparo ambiental colectivo que aún no ha recibido respuesta y una denuncia penal que tampoco ha sido tratada. Los cuatro arroyos tributarios del río Anisacate quedaron obstruidos por la obra, lo que ha contribuido a la escasez de agua en la zona. Además, el 30% del bosque nativo del valle de Paravachasca fue arrasado por la autovía”, explicó.

Sobre el eje social, Aranda cuestionó el verdadero destinatario de las obras viales. “En los últimos diez años no se ha realizado ningún tema de mejora vial. Cuando dicen que es para prevenir accidentes, debemos preguntarnos qué se ha hecho en estos años para evitarlos”, concluyó, señalando que la autovía responde a intereses particulares ajenos a la comunidad.

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