Con una buena convocatoria, se llevó a cabo anoche en el Teatro Pandora la segunda jornada del 8° Encuentro de Cantautores.
El paso de los artistas sobre el escenario se inició con la presencia del cordobés Luciano Levin, quien interpretó un puñado de sutiles canciones que se llevaron los primeros aplausos.
Luego fue el turno de Gastón Pose, músico que actualmente se encuentra radicado en Europa y que alterna sus presentaciones entre Francia y España, principalmente. Con un repertorio que incluyó ritmos de tango, milonga, candombe y bossa, Gastón ofreció un show que el público disfrutó a pleno, no sólo por sus interpretaciones, sino también por las introducciones con las que presentó cada tema.
La noche continuó con el uruguayo Leo Masliah, artista que afortunadamente hemos tenido la posibilidad de ver más de una vez en Alta Gracia. Masliah es asombroso. Genial. Único. Un músico virtuosísimo cuya creatividad no conoce límites. La musicalización de la primera parte de una de sus novelas, la música de una película sin imágenes y una versión libre de La Metamorfosis (un cover de Kafka, según él mismo lo presentó), fueron sólo una muestra de lo que es capaz de interpretar y crear este inigualable artista. Durante el show de anoche, Masliah invitó a subir al escenario a la española Queyi y a la rosarina Sandra Corizzo.
El cierre de la jornada estuvo a cargo de Carlos “Negro” Aguirre, pianista y compositor que es considerado uno de los referentes de la música popular argentina y latinoamericana de los últimos años. La selección de temas fue una muestra de la esencia musical de la región litoraleña. Tremendo en su ejecución, la interpretación de Aguirre fue puro sentimiento y en más de un pasaje de su show nos llevó a preguntarnos si el jazz, en sus tantos viajes alrededor del mundo, no anduvo también paseando en canoa por las aguas del río Uruguay.
* Crónica y fotografías: Fanue.
Hoy en Cantautores:
Maria Pien y Lautaro Feldman / Palo Pandolfo / Emilio del Guercio / Fernando Cabrera
Un sábado rockero. Ex líder de Los Visitantes y Don Cornelio y la Zona, Palo Pandolfo arriba por vez primera a la ciudad para deleite de quienes crecieron amando el rock nacional de los ochentas. Para los que prefieren los setentas, llega nada menos que el bajista de Almendra y Aquelarre, Emilio del Guercio. Abre la porteña Maria Pien y Lautaro Feldman y cierra un referente indiscutido de la música popular uruguaya: Fernando Cabrera.
