Orosz, sobre el 141 de La Quintana: «Fue un centro clandestino de detención, debería estar señalizado y preservado»

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Batallón 141 La Quintana (Isidro Zar) 02 Batallón 141 La Quintana (Isidro Zar) 01Recientemente, vecinos de Alta Gracia prestaron declaración en una causa federal que investiga el accionar represivo en el Batallón 141 de José de La Quintana durante la última dictadura. Radio Tortuga 102.7 consultó al abogado Claudio Orosz, querellante en juicios por crímenes de lesa humanidad, sobre las certezas que se tienen y las preguntas que aún quedan por responder en torno de este tema.

Orosz refiere inicialmente que desde los años 80, en el marco de los primeros juicios «por la Verdad», la documentación rescatada permitía afirmar que el Batallón 141 de José de La Quintana «tenía características de ser cabecera de una de las subzonas en las que estaba dividida la Provincia y por lo tanto, participaba quincenalmente de las reuniones en la Comunidad Informativa de Inteligencia».

Testimonios, además, lo situaban como un lugar central para el accionar represivo en el Valle de Paravachasca y que incluso traían para allí a detenidos en Tucumán. También «hay testimonios de que allí hubo enterramientos», apunta Orosz, más lamenta que ninguno de ellos marca lugares con exactitud. Incluso recuerda que el prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense estuvo hace unos años, convocado como perito oficial por la Justicia, pero que no se encontró ningún indicio concreto. «Es un lugar plausible de que haya habido fusilamientos y enterramientos, pero no hay señalamientos específicos», sostiene Orosz, haciendo referencia a la inmensidad del predio en el que está ubicado el 141.

Sin embargo, afirma enfático el abogado que lo que no está en duda es que el Batallón 141 de José de La Quintana «claramente fue un centro clandestino de detención» y que «ya debería estar señalizado y preservado, para que no ocurra lo del año pasado, que hubo ejercicios militares entre dos poblados, La Quintana y San Isidro, con uniformados y tiros, alterando la paz del lugar como si fuera 50 años atrás cuando no vivía nadie». E incluso, con el riesgo de que se alteren elementos del lugar, claves para echar luz tras cuatro décadas de oscuro silencio.

En base a los indicios que se han conocido hasta el momento, a las preguntas sin respuestas que aún persisten y a los nuevos testimonios que van apareciendo, cuatro décadas después, es imprescindible que quien tenga información, por más mínima que parezca, sobre el tema, la acerque a la Justicia. Se trata de un rompecabezas inmenso, en cuya compleja trama cada pieza no resuelve el conjunto pero ayuda a la reconstrucción.

FOTO: GENTILEZA ISIDRO ZAR

 

 

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