«Pipa» Martín: un hacedor de canciones de rock para compartir con amigas y amigos

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Gonzalo Martín, “Pipa”, “Loco Pipa”, es un inquieto músico de rock de 31 años, nacido y criado en Alta Gracia, que con su voz rasposa canta tanto como dice y sugiere. Entrevistado en #TTT “Tarde para Tirar la Toalla” por la Radio Tortuga 92.9, repasó su historia musical, habló de sus ganas de tocar, de su manera de componer; y de cómo decidió subir todos sus trabajos a las plataformas digitales para que se puedan escuchar.

Recientemente, con los nuevos protocolos que permiten, aunque de manera restringida, que artistas con formaciones acotadas vuelvan a tocar, a “Pipa” se le abrieron las puertas de dos bares para compartir sus canciones. “Como artista, fue un alivio volver al ruedo y encontrarme en lugares con gente, respetando los protocolos. En el primero no podía invitar a nadie a tocar. En mis shows es una patente que siempre suban todos a tocar, amigos, conocidos. En el segundo me pude dar el gusto de tocar con Chafu Di Meglio, que tocó el bajo; Demo De Moura, que tocó unos temas en armónica; la Manu Di Mario, que se cantó unos temazos; y el Gordo Sosa que también se cantó unos temas”, repasó.

RADIO TORTUGA (RT): ¿Cómo te ha pegado la pandemia desde lo creativo?

PIPA MARTÍN (PM): Curiosamente, estando mucho tiempo en casa me alejé un poco. Al principio grabé algunos temas y después empecé a hacer otras cosas. Supongo que es la locura normal de estar mucho tiempo encerrado. También tengo un kiosco, que lo trabajaba todo el día, y eso me hundió en mi casa. Me puse a hacer otras cosas. A la guitarra la agarré ahora porque surgieron algunos shows.

Entrevista a «Pipa» Martín, Parte 1

DE LA PRIMERA GUITARRA A CROMAGNON

RT: ¿Con la música cuándo arrancaste?

PM: Con la guitarra empecé a los 12. La primera vez que canté en vivo fue a los 13 en una fiesta que se hacía en la Pileta Olímpica. A partir de ahí me invitaron para un par de bandas. La primera que tuve fue “La Terca”. Casi a los 15, me llamaron para «La Guanzelmo», y ahí estuvimos hasta los 17. Grabamos un demo con unos temas. Y ahí arranqué con la carrera solista.

RT: Antes de tocar la guitarra a los 12, ¿no habías hecho nada con la música?

PM: Me mandaron, o yo pedí ir a piano con Carla Navarro, que es una genia y me dio unas clases. Me gustaba pero nunca tuve aptitud técnica para el piano. Con la guitarra era más fácil, buscaba en átame.org y sacaba temas de La Renga y Calamaro.

RT: Y la música, ¿cómo llegó a vos, ya no como ejecutante sino como oyente?

PM: Mi viejo, el Egüi, que es un gran cocinero, tenía una disquería en los 90 que se llamaba “Dinamita” en la calle España y luego en la Belgrano. Ahí leía los libritos de los cassettes, que es lo más lindo que hay. Y escuchando la música, también aprendí a leer. Eso me pegó de chiquito. Simulaba un micrófono y una guitarra. Y me pegó mucho la película “Tango Feroz”.

RT: ¿Te acordás cuál fue el primer cassette o CD que te regalaron y el primero que te compraste?

PM: Me acuerdo cuál fue el primero que pedí: uno de León Gieco, “Mensajes del alma”, me parece. Me acuerdo que lo quería porque decía “León”.

RT: Y cuando agarraste la guitarra, ¿qué canción querías sacar?

PM: Me acuerdo cuando la saqué: “Veneno” de La Renga. Cuando me di cuenta que del Do al La menor pasaba eso… Me acuerdo todavía la sensación. Sentir el cambio de acorde, que podía hacer eso y que estaba en una página de internet. No tenía computadora pero iba a la casa de un amigo, el Guille Martos. Él me mostró esa página. Era lo mismo que los cancioneros.

Al referirse al circuito musical de Alta Gracia, “Pipa” marca un antes y un después de la tragedia del boliche CroMagnon el 30 de diciembre de 2004 en Buenos Aires, en un recital de Callejeros, cuando murieron 194 personas. Esta tragedia generó que en todo el país se ponga el ojo en las condiciones en que se llevaban adelante los recitales de rock en todo el país. “A nosotros nos cambió todo. Antes, si vos querías, organizabas un recital en tu casa y cobrabas sánguches. Después de CroMagnon nos cerraron todo y teníamos que pagar cuatro adicionales para meter 200 personas. Tuvimos un momento anterior en que el circuito era mucho mejor, para nosotros y para todos los colegas. Los del punk fueron los que tuvieron más un circuito en Alta Gracia. De chico me acuerdo ir a ver recitales de Gangrena y bandas amigas. Yo fui más del palo del rocanrol, más futbolero, pero siempre me gustó el rock, así que iba a ver metaleros, punk, reggae, lo que pintaba», recuerda.

LOS DISCOS SOLISTAS

Todavía sin cumplir 18 años, “Pipa” se volcó hacia su perfil solista y grabó el álbum “Que cruza la ciudad”, que tuvo una gran diversidad de sonidos y matices. Esas canciones sonaron en las radios, en shows y también circularon de mano en mano con CDs vírgenes grabados que «Pipa» intervenía con fibrones para sumarles algún detalle plástico.

RT: ¿Qué te proponías hacer en ese momento con ese disco?

PM: Es una pregunta de las más difíciles, porque todavía no me la respondí. Ese disco era un sánguche de muchas cosas. Quizás lo que quería era, sabiendo que podía grabar muy bien, darle a todo lo que me gusta.

RT: ¿Lo tocaste mucho?

PM: Sí, pero solo con guitarra. Muy pocas veces lo toqué con músicos. Estuvo guardado hasta hace un año cuando lo subí a Spotify.

En esa plataforma virtual y también en YouTube, están los álbumes que le siguieron a “Que cruza la ciudad”: “Normal” de 2014 y “Yendo” de 2017. De su primera experiencia en estudio, destaca el apoyo que recibió de su coequiper creativo, Matías Sabagh, quien ofició de “productor en vivo, que se encargaba del sonido y de arreglos”; y también la predisposición de Ale Di Rienzo, del estudio “440”, que acompañó su proceso de trabajo con la misma paciencia con la que lo hizo con otros artistas del “interior”. “Nos hacía el aguante y nos ayudaba a sonar mejor”, recuerda. “Entrabas a ese lugar y sentías que estabas en esos estudios de Miami, llenos de micrófonos”, completa.

Si bien nunca trabajó el marketing de sus discos, sí se nutrió de artistas cercanos para hacerles “lindas tapas”. “Yendo” está ilustrado por Manu Di Mario con un dibujo en el que se observa una procesión que lleva un sifón de soda. “Normal” cuenta en su tapa con una renoleta dibujada por Chafu y “Que cruza la ciudad” tiene una foto de Chero.

Entrevista a «Pipa» Martín, Parte 2

ROCK PARA COMPARTIR

RT: En los toques que tuviste recientemente, ¿hiciste temas propios o tocaste covers?

PM: Siempre toco covers, me encanta tocar covers. De chiquito, cuando me criticaban por tocar covers, era como que me agrandaban más y los tocaba mejor y hacía mejores versiones. Yo creo que me apropio las canciones cuando hago covers, así que mucho no los distingo con los temas míos. Los voy mezclando y me gusta que sea así. Inclusive en recitales en los que planeaba tocar sólo temas míos, terminaba metiendo covers porque me parecía pertinente y necesario para cerrar algo que estaba diciendo. Me ayudan a reforzar el mensaje.

RT: En tus canciones, ¿hay un modelo o una forma de composición?

PM: No, voy copiando y aprendiendo del modo de componer de otros.

RT: Osea que puede salir la letra antes que la música o viceversa…

PM: Sí, es indistinto. Una vez lo escuché a Gabo Ferro decir que él se sentaba a trabajar. Bueno, no es mi caso. Yo no tengo disciplina.

RT: Y para armar los shows, ¿sos de armar lista o ver qué pinta?

PM: Los cercanos siempre se me ríen porque armo la lista y termino tocando lo que pinta. Mati Sabagh siempre me lo dice porque los bateristas respetan mucho las listas.

Pese al esmero que se percibe en sus canciones, tanto en el trabajo estrictamente musical como en la producción general y la escritura de las letras; «Pipa» no expone grandes ambiciones. Es más, vive la música como una especie de ceremonia entre amigos, donde las canciones se abren a las intervenciones permanentes de amigos y conocidos.

RT: ¿No te gustaría hacer giras?

PM: No, tengo otros proyectos. Me gustaría hacerme una casa. No solamente canto. Hago manualidades. Tengo otras cosas que me reconfortan más que hace diez años. He salido de gira a tocar alguna vez, pero esporádicamente.

Con ese mismo tono, un tanto despojado de grandes aspiraciones para con su proyecto artístico, hacia el cierre de la charla, “Pipa” cuenta que si bien desde 2017 no edita un disco, hace un tiempo sacó el simple “Paraguayo”, que está cargado en Spotify, y que cada tanto va registrando nuevas canciones. “Las grabo en mi computadorita y ahí empiezo a meterles arreglos, siempre de hobbie”, concluye.

Para escuchar a «Pipa» en Spotify: https://open.spotify.com/artist/6xg3hUD2OqwlXP6SFu1GUY?si=3BOxDTWbRN-GyGKEEmGyzQ

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