Los organismos de Derechos Humanos de Córdoba expresaron su consternación y preocupación ante el «violento asesinato» de Susana Beatriz Montoya, esposa del policía y militante del ERP Ricardo Albareda, asesinado en la «Casa de Hidráulica» y desaparecido por el terrorismo de Estado; y madre de Fernando Albareda, integrante de H.I.J.O.S. Córdoba. El crimen ocurrió el viernes 2 de agosto en un domicilio de barrio Ampliación Poeta Lugones y estuvo acompañado de un mensaje amenazante para el resto de la familia.
El comunicado es firmado por H.I.J.O.S. Córdoba, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas Córdoba, Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba, Ex Presos Políticos por la Patria Grande, Asociación Civil Ex Presos Políticos de Córdoba y la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Córdoba.
Exige a la Justicia de Córdoba y al Poder Ejecutivo los siguientes puntos: «La urgente investigación y esclarecimiento de este hecho, como así también las amenazas sufridas por todos los integrantes de su familia, denunciadas con anterioridad»; y «La seguridad y protección EFECTIVA YA al compañero Fernando Albareda y a toda su familia».
Cabe mencionar que el asesinato de Montoya se enmarca en una serie de episodios que podrían estar vinculados, como sucesivas amenazas que la familia venía recibiendo y el atentado al cartel que señalaba como sitio de memoria al ex centro clandestino de detención, torturas y exterminio «Casa de Hidráulica», ubicado a la vera del Lago San Roque
Los organismos firmantes del texto repasan que Fernando Albareda es hijo de Ricardo Fermín Albareda, un policía que fue secuestrado y desaparecido en septiembre de 1979 en el Ex Centro Clandestino de detención conocido como «Casa de Hidráulica». Que este subcomisario de la Policía de Córdoba, militaba además en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y tenía 37 años cuando fue secuestrado y desaparecido por la dictadura cívico-militar, según se pudo determinar en el juicio que se realizó (y que precisamente se conoce como la «Causa Albareda»).
Concluye el comunicado con el siguiente mensaje: «Los discursos de odio que permanentemente circulan en nuestra sociedad son el peligro latente de cuando verdaderamente pasan a la acción. ¡YA DIJIMOS NUNCA MÁS!»