Cecilia Forza: “El lugar del aprendizaje tiene que ser de placer y de disfrute”

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El debate sobre la actualidad  de la educación es siempre un tema interesante para abordar. Su desarrollo en tiempos dominados por la tecnología digital y atravesada por la pandemia y las nuevas formas que esto provocó. Para conversar de estos temas “Formación Tortuga” entrevistó a Cecilia Forza, Inspectora y referente de la educación primaria en la región.

Escuchá la entrevista completa: https://radiocut.fm/audiocut/entrevista-con-cecilia-forza/

RADIO TORTUGA (RT): ¿Cómo la llevaste durante la pandemia?, ¿Cómo la afrontó el sistema educativo?

CECILIA FORZA (CF): Yo me iba a ir a fines del 19, y cuando apareció la pandemia me pareció que era como abandonar el barco, creí que iba a ser algo perturbador para todos. La verdad es que fueron tiempos donde aprendimos justamente a mirar, aprendimos aquello que tanto tiempo habíamos repetido y habíamos reiterado acerca de lo que eran los estudiantes, su contexto, su territorio, sus familias. Lo que eran sus recursos y se visibilizó eso. Fue muy evidente. El primer tiempo fue muy duro porque los docentes quedaron muy impactados. Por otro lado me impactó verlos a los docentes, a los directores, cómo se subieron a ese barco y montaron la escuela en su casa. Eso fue asombroso ver, y cómo buscaban y apelaban, armaban, y desarmaban. Fuimos aprendiendo todos juntos, fue un tiempo muy especial. Con cuestiones que hay que marcar que se tienen que quedar, cosas que son importantes para continuar. Una es la esa mirada, de cómo se pudo ayudar cada uno, desde donde cada uno podía. Y también sirvió para poder evaluar las condiciones que entre todos tenemos, hacen que no sea lo mismo para uno que para otro.

RT: Hay una frase que a veces molesta, que dice tenemos una escuela del siglo 19, con maestros formados en el siglo 20 y con alumnos del siglo 21, ¿Qué pensas respecto de esto?

CF: Si, la venimos repitiendo hace mucho. Yo creo que tiene que ver fundamentalmente con que quizás tenemos que acomodarnos. En algún sentido hemos avanzado en las prácticas, este tiempo ha servido para activar y reavivar conceptos que hemos venido trabajando hace más de veinte años y que se aceleraron, porque lo que hizo la pandemia fue acelerar todos los procesos. Esto ayudó mucho a la mirada, entonces los docentes ya ven que hay prácticas que no pueden tener, hay modos de interactuar con la familia que ya no pueden tener. Y sí, nos faltan cosas. En el punto de los estudiantes, ellos van más rápido que nosotros eso es difícil de alcanzar, yo no los puedo alcanzar. Pero bueno, esto de poder aprovechar y saber de esta diferencia. Ahí está lo bueno. Entonces los estudiantes están teniendo la voz y el lugar para que sean ellos los que traigan la propuesta. Hay docentes que son más flexibles, docentes que tienen mayor apertura y más claro esto, entonces hace que los chicos sean los promotores de muchas prácticas que ellos no podían hacer. Hay docentes que la tienen sumamente clara, porque ha habido mucha capacitación en este sentido y van acercándose. A parte yo creo que es bueno que haya diferencias, son dos contextos diferentes, escenas diferentes. Lo que no tiene que faltar son ciertas condiciones, como el respeto, como la palabra, el cariño, la empatía. Esto por más que tengamos la edad, la diferencia que se da en el contexto en el que vos vivís, no tiene que faltar nunca.

RT: También suele verse al alumno como un envase donde se depositan conocimientos, ¿Cómo lo ves a eso, ha cambiado?

CF: Si si, decime que sí. Digo decime que sí porque me quiero convencer, porque es lo que venimos trabajando hace mucho tiempo. La significatividad de lo que aprenden,  o sea tiene que tener sentido lo que aprenden. Entonces desde que le elegís un buen libro para que él pueda interactuar y que sepa el valor de esto que se escribió. Que también le sirva para aprender otras cuestiones que tienen que ver con el mundo de la literatura, hasta trabajas con cosas que tienen sentido porque van a ser herramientas, como la posibilidad de solucionar problemas o situaciones. Seguramente todavía hay líneas finas que hay que mejorar en este sentido, pero los directores y los docentes trabajan mucho, y el ministerio se encarga mucho desde todas las orientaciones. Vamos a encontrar en el todo, una gama de posibilidades. Pero lo bueno es que la gente está pensando más en sus prácticas.

RT: ¿Qué imagen crees vos que tiene la comunidad de la escuela?

CF: También sobre eso tuvo efecto de la pandemia. Hay gente que desde siempre valoró la escuela, pero tuvimos una ruptura de instituciones. De todas las instituciones, no solo de la escuela. Anteriores a esta pandemia, nos cuesta creer en la justicia, nos cuesta creer en los estados, o sea estamos tratando de recomponer estas organizaciones. En la escuela nos pasó lo mismo y si bien hay gente que siempre la respetó, pero que la respetó porque no sabía cómo hacer para hacer escuela, esto de la pandemia ayudó, pero para que la gente pudiera mirar que la escuela no solamente es esto de poder enseñar esto que no sé como familia, sino que ocurren otras cosas, se aprende a convivir, es un espacio social, un espacio de creación. Y me parece que ha crecido esta valoración, pero hay que mantenerla y eso ya nos corresponde a nosotros, porque implicó otros modos de comunicación, de acercamiento, de entender que la palabra del padre tiene sentido cuando me dicta algo que me pueda hacer mejorar la relación con el estudiante. Creo que hay mantener esto, creo que son cosas importantes que si las perdemos vamos a volver a tener una imagen equivocada.

RT: ¿Qué desafíos crees que tiene, sobre todo el estado, a la hora de pensar la escuela pública?

CF: Creo que un punto es tratar por lo menos de tener las garantías de las condiciones de recursos, conectividad y situaciones mínimas de libros, o sea está generándose, han llegado libros nuevos a las escuelas, se están reactivando computadoras, pero todavía nos está faltando más y eso lo tiene claro el ministerio, que es una cuestión de desafío importante. La otra es de seguir sosteniendo las capacitaciones, que tienen que ver con escuchar lo que ocurre dentro de las escuelas, o sea la teoría te sirve para acompañar pero la propia práctica, pero no es lo mismo trabajar en una escuela que en otra, en un e que se deberían más espacio de escucha, de distintas posibilidades de los docentes para que se los pueda escuchar, por enumerar algunas cuestiones que me parecen importantes

RT: ¿Cómo te sentís con dejar la actividad?

CF: Es bastante raro. Todavía no se siente mucho porque sigo actuando y trabajando con la misma sintonía. Pero lo que me van diciendo, es que es bárbaro. Lo que viene es bárbaro. Interesante. Vamos a ir viendo. No sé cómo lo vamos a llevar, porque uno siempre se pone a hacer algo pero sé lo que quiero y lo que no quiero. En realidad estoy necesitando y estamos necesitando que haya una renovación. Hace muchos años que estoy dentro del sistema y dentro de la inspección.

RT: ¿Qué evaluación personal haces de tus años al frente de la inspección, que te hubiera gustado hacer que no has podido?

CF: He disfrutado de cada uno de los momentos de mi carrera. Yo empecé siendo alumna medio trucha porque mi mamá era docente rural, y tenía que ir porque si faltaba un alumno venía la inspectora y le cerraba la escuela. Varias veces tuve que asistir, porque los chicos se enfermaban y con varios de mis primos. Ella trabajaba en la Escuela Fray Luis Beltrán de Anisacate y me llevaba cuando faltaban sus alumnos, ya era maestra siendo alumna porque era una escuela rural. Desde que empecé quise que aprender fuera un espacio de disfrute, me trajo complicaciones en la vida porque había gente que no lo entendía. Pero siempre fue ese el desafío, que los niños puedan aprender en un espacio totalmente placentero y cómodo. Y eso ha sido en lo que hemos estado, en cada orden, en cada lugar de maestra, de directora, de profesora de formación, de inspectora, me ha llevado a permanecer con las mismas ganas como cuando tenía los años de inicio. Me parece que el lugar del aprendizaje tiene que ser de placer y de disfrute. Seguramente esto no es banal, ni superficial, sino que elijamos las propuestas que permitan que esto ocurra. Y el primero que tiene que disfrutar es el docente.

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