Ana Bayer, hija del historiador y periodista Osvaldo Bayer, dialogó con el programa «Territorialidades» de la Radio Tortuga 92.9 sobre la decisión del Gobierno Nacional de derribar un monumento que lo recordaba en Río Gallegos. «Les salió el tiro por la culata», reflexionó, subrayando que con este acto se intentó silenciar su legado y, por el contrario, generó una ola de solidaridad y un interés masivo por conocer su obra, caracterizada por la reivindicación de sectores en lucha.
Entre otras importantes cruzadas de vindicación histórica, que realizó Osvaldo Bayer a lo largo de su vida intelectual, estuvo la narrada en su obra «Los vengadores de la Patagonia trágica» la huelga de obreros de la década de 1920, que terminó en una masacre impuesta por el Gobierno. El monumento derribado, precisamente, reconocía este trabajo de Bayer.
Su hija Ana vive en Italia buena parte del año. Respecto a la manera en que la impactó la noticia del monumento derrumbado, expresó: «Fue tremendo, no lo podía creer, porque cuando se inauguró fue una alegría enorme saber que el padre estaba en Río Gallegos, que los luchadores habían logrado hacerle este homenaje. Ver la topadora que le rompía la cabeza fue una sensación horrenda. Pensé primero en el artista que lo creó y después el símbolo, mi padre, las huelgas, la Patagonia. Ahora, inmediatamente viví una lluvia de mensajes de todo el país, una contención, una solidaridad que nunca viví. En un día nunca jamás se habló de Osvaldo así. Les salió el tiro por la culata. Se habló mucho de Osvaldo y despertó esa energía que se necesita cuando uno tiene mucha bronca. Esta noticia dio un empujón más para hacer música, dibujos, videos. Chicos que no lo conocían se preguntan quién es la persona que rompe la topadora. Eso siempre quería Osvaldo, que los jóvenes fueran curiosos y lucharan con lecturas, el debate y la creación».
Ana Bayer describió el compromiso con el que atravesó su vida Osvaldo, tanto en la Argentina como en el exilio, donde, entre otros gestos, invitó a las Madres de Plaza de Mayo a Europa para que fueran reconocidas y se pudiera dar a conocer la labor que desempeñaban.
«La lucha siempre fue muy fuerte y muy grande. Y eso que siempre fue echado de todos lados, le censuraron los libros. Pasó por la cárcel y siempre siguió«, repasó y lo imaginó, tras este atentado a su memoria, sentado en su casa, tomando un vaso de whisky y pensando su siguiente contratapa de Página/12, «desde la cual repartía palos al poder».
Acerca de la forma violenta en que se atentó contra su figura, reflexionó Ana Bayer que «recibió esa topadora en la cabeza porque no le perdonan muchas cosas que ha dicho Osvaldo«.
Hacia los jóvenes y las personas que a partir de este hecho están descubriendo a su padre como intelectual, sugirió: «Que lean a Osvaldo, que vean los documentales. Entender el mensaje que va más allá del voto en la democracia, sino pensar también al ser humano y los derechos que hay que conquistar. Salir a la calle, que es lo que están haciendo. Porque leer a Osvaldo te da fuerza para salir a la calle y para luchar con la palabra en los debates. También te ayuda a descubrir personajes históricos que hicieron a la Argentina».
Finalmente, destacó entre sus principales virtudes «la coherencia y la generosidad» que mantuvo hasta sus últimos días para plegarse a todas las luchas que lo requirieran, hasta en los pueblos más inhóspitos; y abriendo la puerta de su casa a quien pasara a conocerlo, contarle alguna problemática o hacerle alguna entrevista.
«Para una persona joven es importante descubrir qué había detrás de este gran intelectual a quien la gente que conoció, lo sigue amando«, concluyó.
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Foto: Enfoque Misiones