El pasado jueves 17 de noviembre se desarrolló, como todos los anteúltimos jueves de cada mes, el café literario en el Café de las Malas Compañías. Este jueves tenía un agregado especial: la presentación en la ciudad del libro “Pizzerìa San Luis, de amores dolientes y otros orgasmos” del escritor cordobés, Rudy Catoni.
Alrededor de 40 personas se llegaron al lugar, dispuestas a compartir una velada a puro libro, café o por qué no, una cervecita bien helada.
El mismo Rudy Catoni, de traje y con una copa de vino en la mano, se paseaba por el lugar, charlando con la gente y contando sobre su libro.
Pizzería San Juan es un libro biográfico, que combina historias que el autor escuchaba desde las mesas del lugar, con anécdotas de la vida del mismo Catoni. Asiduo cliente de la famosa pizzería, Rudy aclara que el tomo no es sobre la pizzería, sino que “son relatos escritos en la pizzería. Son relatos amorosos, porque el lugar tiene mucha bohemia y mucho erotismo, por eso el subtítulo de amores dolientes y otros orgasmos”. El autor dedica el libro a las mujeres de la noche, a los hombres solos que se refugian en bares, pizzerías y otros boliches, que Catoni llama “los nadies”, en clara referencia al texto de Galeano. “El público de la noche me daba los elementos para escribir mis historias. La pizzería es un lugar que tiene elementos que tiene el ambiente para escribir ese tipo de cosas”. Catoni dice que su labor es una mezcla de ficción, un poco de biografía y de cosas que escuchaba en la pizzería.
Para el autor, este libro marca un corte porque rompe con el estilo de lo que escribió anteriormente. Es un cambio hacia una escritura muy poco estructurada y con muchos adjetivos.
Alrededor de las 9 y media de la noche, cuando el salón ya estaba lleno y todos tenían en frente su vaso de cerveza, gaseosa o café, Claudia Tejeda, coordinadora del encuentro, dio inicio al Café Literario. Los presentes escuchaban atentamente un escrito que nos trasladó a alguna de estas pizzerías, algún bar, de esos que siempre hay en las ciudades o pueblos, que alguna que otra noche albergó quien sabe a cuántas almas desposeídas y solitarias, en busca de un escape a su situación, o por qué no, en busca de alguna solución que mitigara sus problemas.