A partir de un pedido del subsecretario de Políticas e Innovación Educativa de la Nación, Alfredo Domingo Vota, al titular de la cartera educativa, Carlos Horacio Torrendell, la canción «Hay secretos», que promueve que las infancias se sientan habilitadas a hablar de situaciones dolorosas que han sufrido y que ayudó a develar un caso de abuso sexual contra las infancias, fue dada de baja de la plataforma de contenidos educativos oficial Educ.ar. Según revela Página/12, por presunto «alto contenido de ideología de género» y «adoctrinamiento» también fueron ocultados un cuento de María Elena Walsh y la historia del pintor Antonio Berni, entre otros contenidos.
Detalla la mencionada nota firmada por Mariana Carbajal que son casi un centenar de productos audiovisuales para distintas edades y dirigidos a los tres niveles educativos los que se han dado de baja de la plataforma Educ.ar. Varios de ellos corresponderían a la producción del canal Paka Paka.
Además de los mencionados, también se habrían bajado materiales vinculados a la problemática del grooming, la prevención del VIH – SIDA y los métodos anticonceptivos.
El pedido de Vota a Torrendell para dar de baja estos contenidos se habría presentado este lunes, alegando que los materiales tienen “un alto contenido de ideología de género” y “contienen elementos que promueven el adoctrinamiento en las aulas”, entre otros fundamentos.
Página/12 enumeró los presuntos fundamentos que habría esgrimido el subsecretario de Políticas e Innovación Educativa de la Nación para justificar este acto de censura:
● “Inadecuación etaria: Los materiales no están adecuados a las edades de los estudiantes para los cuales están destinados, pudiendo afectar la recepción y comprensión de los contenidos”.
● “Incompatibilidad con la Ley de Educación Sexual Integral: Los recursos no obedecen los lineamientos establecidos por la normativa vigente en materia de Educación Sexual Integral (Ley N.º 26.150)”.
● “Uso de lenguaje inclusivo: Muchos de los materiales emplean lenguaje inclusivo (utilización de la «e»), el cual no se encuentra contemplado en los lineamientos oficiales de enseñanza”.
● “Falta de rigor biológico y científico: La información provista no se encuentra alineada con principios básicos biológicos ni científicos, comprometiendo la calidad educativa. Sino que los recursos en cuestión poseen una alta carga de ideología de género”.
● “Fomento del adoctrinamiento: Los videos contienen elementos que promueven el adoctrinamiento ideológico en las aulas al no estar basado en el rigor científico anteriormente expresado, lo que contradice lo establecido por el decreto 1086/2024.
Los materiales que se busca dar de baja fueron producidos por el Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI), que se creó a partir de la Ley de ESI en 2006, repasa Carbajal, que subraya que desde ese momento, más allá del color político que gobernó el país, aunque con altibajos, nunca se llegó a la censura como ahora.
Una canción para salir del silencio
“Hay secretos chiquititos que te invitan a jugar y hay secretos tan enormes que te vienen a asustar. Hay secretos livianitos que te llevan a volar y hay secretos tan pesados que no dejan respirar. No se tienen que guardar los secretos que hacen mal”. Así comienza la vidala Hay secretos, del grupo musical santafesino Canticuénticos, que ayudó a destapar un caso de abuso sexual infantil en la provincia de Neuquén y sonó durante el juicio, según revela un artículo que se encuentra aún en el portal oficial argentina.gob.ar y que destaca el valor de esta canción que el gobierno de Javier Milei acaba de dar de baja del portal Educ.ar.
Un maestro de música les enseñó la canción a sus estudiantes de segundo grado. Una nena de siete años la cantó en su casa y una de sus hermanas contó que había sido abusada por un vecino. Otras dos nenas del barrio dijeron lo mismo.
“Mientras estábamos filmando el video de Noni Noni, una canción de cuna, pensé que tantas nenas y tantos nenes seguro se dormirían con miedo y angustia en vez de con mimos y palabras de cariño. Pensé que así como desde las canciones queremos acompañar todo lo bello de la niñez, también deberíamos ayudar a transitar y tratar de resolver lo horrible, lo trágico. Pero ¿cómo poner en música y palabras un intento de ayuda para quienes están siendo víctimas de maltratos y abusos? ¿Cómo abordar el tema con respeto y sensibilidad? La ayuda llegó en un mensaje de la licenciada Sabrina Medina, una profesional que trabaja en prevención del abuso”, recuerda Ruth Hillar, autora de la canción.
Sabrina Medina es licenciada en Trabajo Social, vive en Paraná, provincia de Entre Ríos y por más de 15 años trabajó en la asistencia directa a mujeres víctimas de violencia de género; y a niñas, niños y adolescentes que sufrían abusos sexuales.
“No encontraba cuentos, canciones, dibujos animados, películas, juguetes que no reprodujeran los estereotipos de varones y mujeres: niñas sumisas, calladitas. Varones en un rol más agresivos, que no lloran ni sienten miedo. Me inquietaba que no hubiera mensajes que rompieran con esto”, cuenta Medina y dice que ese fue el motivo que la llevó a mandarle un mail a Canticuénticos manifestando su inquietud que no tardó en ser respondido por Hillar.
Y así se empezaron a juntar para hablar de las características de manipulación, silencio y secretos que presentan quienes abusan de chicos y chicas. “Era un desafío muy grande cómo transmitir un mensaje tan sensible para aquellos que nunca vivieron algo así, para quienes puede servir de prevención; y también para quienes les estaba pasando sin tener que revivir esa situación”, recuerda Medina.
La canción Hay secretos surgió de los saberes técnicos de Sabrina y los artísticos de Ruth. “Me interioricé en muchas cuestiones relacionadas con el abuso y su prevención. Y a partir de esa información dura empecé a buscar la poesía, un lenguaje simple que pudiera llegar a quienes están sufriendo pero también a quienes no. Quise hacer, además, un llamado a los adultos que somos responsables de estar atentos, de ofrecer confianza, de brindar contención. Por eso en los estribillos cantan niñas, niños, hombres y mujeres. Los chicos pidiendo ayuda, los grandes haciéndonos cargo y asumiendo la responsabilidad de enfrentar el problema”, cuenta Ruth Hillar.
“Busqué, para la música, un género argentino que tuviera un carácter intimista y profundo y pensé que la vidala era la indicada”, recuerda la autora.
El tema del abuso, así como también la violencia de género, por mucho tiempo estuvo encubierto y silenciado. “Escondido entre las paredes de la propia casa, o casas de familiares, entre los muros de iglesias y colegios. Y socialmente ha existido ese silencio, mirar hacia otro lado y hasta silenciar las propias historias familiares. Afortunadamente esto está cambiando. El tema se empieza a visibilizar cada vez más pero el camino es largo y difícil”, dice Hillar.