Francisco elogió ayer a ese tipo de empresas porque, al no perseguir la rentabilidad como fin primordial, son capaces de reducir su margen de beneficio en tiempos de crisis para mantener fuentes de trabajo. Criticó al mercado de capital, donde «solidaridad es casi una palabrota». Semanas atrás lo había hecho en una audiencia con dirigentes argentinos.
El Papa Francisco elogió el rol de las empresas cooperativas y advirtió que dejar de lado a los jóvenes desempleados supone una «hipoteca» para el futuro. Lo hizo a través de un video-mensaje emitido ayer en el III Festival de la Doctrina Social de la Iglesia, que se celebra hasta el domingo en Verona, norte de Italia.
De esta manera ratificó lo expresado el 15 de octubre, durante una audiencia que sostuvo en el Vaticano con una delegación encabezada por el presidente de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar), Ariel Guarco, y la presidenta de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), Dame Pauline Green.
Ante ellos, había subrayado que las cooperativas «tienen largo futuro bregando por colocar en el centro de la escena al hombre y a la mujer y no al dinero». En esa ocasión, también había criticado al modelo neoliberal salvaje por ser «expulsivo de la juventud y la ancianidad».
Al defender nuevamente esta forma de gestión empresarial, señaló ayer que «la Doctrina Social de la Iglesia no tolera que los beneficios sean de quien produce y la cuestión social se deje al Estado y a las acciones de asistencia y voluntariado. Es por esto que la solidaridad es una palabra clave», aunque para la economía y los mercados hegemónicos «es casi una palabrota».
En este mensaje, el Papa recordó que cuando tenía 18 años escuchó a su padre dar una conferencia sobre el cooperativismo cristiano y desde entonces, año 1954, se «entusiasmó» con esta forma de gestión, que, en su opinión, es el camino hacia una «igualdad en las diferencias», aunque sea «económicamente lenta».
Fuente: Agencia de Noticias ANSOL