«La Doble C»: hip hop altagraciense, popular y urbano

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“La Doble C” es un grupo de hip hop de Alta Gracia, compuesto por 18 integrantes que practican diversas disciplinas artísticas y que nació de la conjunción de “Cogollas Crew” y “Cirujas Clicka”. Abril y Nacho, miembros de este numeroso grupo de jóvenes, fueron entrevistados en “Tarde para Tirar la Toalla” por la Radio Tortuga 92.9. Entre rimas, brindaron detalles sobre la propuesta.   

“Nos definimos como hip hop popular, urbano”, arrancó Nacho. Abril explicó esto de funcionar como grupo con nada menos que 18 integrantes: “Hay mucha gente que labura atrás y debajo del escenario”. En rigor, en “La Doble C” algunos rapean, otros bailan, otros graffittean, otros producen la música, otros trabajan el diseño gráfico e incluso el lenguaje audiovisual.

Si bien la experiencia de “Rapdolfo”, que se hizo conocida a nivel provincial por conjugar lo educativo con la cultura hip hop, es una de las matrices originarias detrás de “La Doble C”, Nacho refiere también a una “cultura altagraciense de hip hop” que reúne a chicos y chicas en las plazas “a tirar freestyle (improvisación) y a hacer batallas (batallas se les llama a enfrentamientos con rimas, una especie de versión actual de las tradicionales payadas)”. Detalla que en ese marco, “existen un millón de ‘crews’, grupos y subgrupos”. Aclara que con esa caracterización, no quiere decir que estos grupos anden sueltos o divididos, sino que avanzan descentralizados.

“No nos podemos olvidar nunca en la vida los procesos que hemos ido gestando, porque sería irresponsable con nuestro laburo. Sin embargo, entendemos qué representamos en el momento que estamos viviendo”, dice Nacho, como rapeando lento, para hacer referencia a la importancia que tuvo en muchos de ellos la experiencia de “Rapdolfo”, sin dejar de distinguir que “La Doble C” es otra cosa.

La pandemia, según explican, vino a cerrar aquel proceso, que se volvió inviable con las escuelas cerradas. Entonces, estos otros escenarios abiertos en los que se movían, empezaron a adquirir una mayor centralidad. Incluso algunos de ellos se animaron a cruzar la barrera de la educación formal para que el hip hop se converta también en un puente para explorar la educación popular, en las filas de organizaciones sociales locales.

Abril recuerda que hubo escuelas que, pese a que el proyecto “Rapdolfo” contaba con un importante aval del Ministerio de Educación de la Provincia y sus miembros habían sido capacitados por la Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes; les cerraban las puertas o se espantaban cuando les escuchaban. Desafiante, esgrime: “Estábamos capacitados para hablar de todo, pero a veces en los colegios algunas cosas se callan”.

Coinciden ambos en que la formación de “La Doble C” era inevitable, ya que los grupos que integraban (Abril estaba en “Cogollas Crew” y Nacho era parte de “Cirujas Clicka”), se juntaban permanentemente a grabar y a “ranchar” (alegoría de cohabitar un mismo ámbito abierto, como puede ser una plaza). “Cuando íbamos a tocar, subíamos todos juntos, con esa cosa de unión que traíamos de ‘Rapdolfo’”, recuerda Nacho. El cruce de las iniciales de los nombres de ambas agrupaciones devino en “La Doble C”.

RADIO TORTUGA: En el hip hop suele haber “Freestyle” y también canciones de rap. En el caso de ustedes, ¿se juntan a cantar, a hacer freestyle, a componer?

ABRIL: Hacemos todo.

RADIO TORTUGA: ¿Para el ensayo tienen que estar los 18?

ABRIL: Los 18 no somos todos artistas musicales. Tenemos diseñadora gráfica, que es Anto; tenemos gente en lo audiovisual. Tenemos muchas cosas más que sólo rapear.

Respecto a la dinámica compositiva, relató: “Nos llama el productor musical y nos muestra tres pistas y con alguna siempre nos volvemos locos. En ese momento nos ponemos a escribir por separado, 40 segundos cada uno.

RADIO TORTUGA: ¿Cuál es el objetivo del grupo?

NACHO: Es una locura. Estamos en el tercer o cuarto año en el que nos subimos al escenario. Es el segundo año sin parar. El anteaño pasado tocamos muchísimo. Y el último show que se hizo, el 13 de marzo, antes de que arrancara la pandemia, tocamos en Hotel California. Estuvo alucinante y había gente que nos decía que toquemos “El 22”. Nosotros nos mirábamos porque no teníamos subido ese tema a ninguna plataforma, no lo habíamos distribuido, pero la gente de alguna manera lo conocía. Entonces dijimos que teníamos que subir temas. Nos habíamos focalizado en los escenarios y ensayar, pero pasamos por alto activar una página de Instagram, un YouTube.

Si bien la página de Instagram ahora ya está activada, Nacho cuenta, buscando la respuesta a la pregunta sobre los objetivos, que en estos días se hallan trabajando fuertemente con los productores para lograr resultados de calidad profesional. Que por ello, se están aguantando de mostrar avances de las canciones en las redes. “Tenemos dos productores excelentes que nos hacen sonar como la hostia: ‘Vanton’ (Iván Sosa) y ‘Black Noise’ (Leo Tejada). Estos pibes laburan todo el tiempo con lo que sonamos y también en los conceptos musicales que vamos a laburar. Nos piden que no pasemos los temas a nuestros amigos porque todavía los están produciendo. Hay un laburo muy fuerte de producción profesional”, describe, aseverando que con este nuevo sonido que están queriendo consolidar, se abrirán nuevas puertas donde poder tocar. ”No tenemos ganas de que después de tanto tiempo de gestar esta música, suene más o menos. Nos da la capacidad para sonar muy bien y queremos valorar el laburo de nuestros productores al máximo”, concluye.

Finalmente, tras definir abiertamente al sonido urbano como “la expresión artística que nace desde los pocos recursos” para incluir allí no sólo al reggaetón, el rap y el trap, sino también al rock, la cumbia y el cuarteto; el dúo entrevistado responde sobre talleres que han mantenido en diversos barrios durante el mes de marzo, organizado por la organización «La Simón Bolívar», en la que militan.

Abril recuerda que a través del rap, algunos de ellos fueron invitados hace tiempo a trabajar en los barrios y que poco a poco, otros también se fueron sumando. Para ella, la conjugación entre ambas cosas es natural. Recientemente, en torno del “24 de marzo” y el 45 aniversario del inicio de la última dictadura cívico militar eclesiástica en nuestro país, participaron de diversas actividades formativas, informativas y conmemorativas. Como jóvenes, reconocen que uno de los desafíos es poner atención a las edades y los intereses de quienes receptan los mensajes, para poder llegar con contundencia.

Sin dudas, reside en esa búsqueda una palpable experiencia que, pese a la corta edad, viene explorando maneras de expresarse y hacerse escuchar, con un sentido de lo colectivo digno de considerarse.

Escuchá la entrevista completa:

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