Repudian a la Municipalidad por borrar los murales de la memoria de la Plaza Mitre

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El jueves 25 de febrero, el Colectivo Paravachasca por la Memoria emitió un comunicado en el que repudia que en el marco de las obras que se llevan adelante en la Plaza Mitre, pintaron de blanco las paredes del anfiteatro que contenían murales alusivos a lucha por Memoria, Verdad y Justicia.

Aluden en el texto que el año pasado mantuvieron reuniones con el secretario de Servicios Públicos, Pablo Ortiz, quien se comprometió a resguardarlos. En diálogo con Radio Tortuga, antes de la emisión de este comunicado, Ortiz había adelantado que supuestamente la idea es volver a pintarlos. En el comunicado, el Colectivo refiere que se tratan de registros «únicos e irreproducibles, imposibles de replicar con copias porque las mismas carecerían de toda la carga emotiva puesta a lo largo de dicho proceso, y por ende carentes de sentido alguno».

A continuación, se reproduce el comunicado completo:

El Colectivo Paravachasca por la Memoria, expresa su más profundo repudio por la vulneración perpetrada por la Municipalidad de Alta Gracia contra los murales que con mucho esfuerzo plasmaron artistas de esta ciudad en conjunto con este Colectivo de Memoria hace algunos años.

Estas intervenciones artísticas, que ya eran parte del Patrimonio Cultural de la ciudad, representaban marcas de memoria, que daban cuenta precisamente del lento proceso de recuperación de la memoria local sobre nuestro pasado reciente.

Cabe recordar que en 2012 un grupo de integrantes de este Colectivo fue detenido por «vandalismo» por haber plasmado pequeñas imágenes en la Plaza Manuel Solares. ¿Cómo debería tipificarse entonces este atropello por parte del Estado hacia el Patrimonio Cultural de nuestro espacio de Memoria?.

Desde el año pasado, los integrantes de este colectivo de vecinos, nos pusimos a disposición y sostuvimos reuniones con Pablo Ortiz, Secretario de Servicios Públicos, celebrando la renovación y puesta en valor de la Plaza Mitre para el disfrute de los vecinos, pero solicitando asimismo la preservación de los murales plasmados en las gradas del “Anfiteatro de la Memoria”. Éste fue el acuerdo verbal y de absoluta buena fe al que arribamos en la última reunión sobre el final del 2020.

Hoy nos despertamos tristemente ante el panorama de una plaza “en blanco”, sin colores ni memoria, sin esos murales que eran mojones que daban cuenta de un proceso social de construcción de memorias locales a través de los años, y por ello eran únicos e irreproducibles, imposibles de replicar con copias porque las mismas carecerían de toda la carga emotiva puesta a lo largo de dicho proceso, y por ende carentes de sentido alguno.

Es evidente que para estos funcionarios, que no respetaron la palabra empeñada, la puesta en valor de un espacio público implica borrar su historia, el recuerdo de cada asamblea, de cada acto, de cada 24 de marzo reunidos en la plaza. Poner en valor, según su mirada, significa borrar el recuerdo de los 30.000 desaparecidos, de los árboles que plantamos y por los que desde hace 45 años nos faltan en Alta Gracia. Significa borrar la huella de cada secuestro, pero también de cada acto de memoria y resistencia de nuestros valientes sobrevivientes que se animaron a narrar el horror, la resistencia de nuestras Abuelas, Madres y Padres de la Plaza, de Emi y Santiago. Significa borrar, con un triste y premeditado acto, el trabajo enorme y a pulmón de muchos vecinos empeñados en mantener viva nuestra memoria, único reaseguro para no repetir el pasado y consolidar la consigna NUNCA MÁS al terrorismo de estado en Argentina.

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