Turco Julio: «La leyenda está viva»

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Julio Mansur  es el Turco Julio, una de las históricas voces de Chébere. Atiende una farmacia en Alta Córdoba y concierta las citas con los periodistas en la pizzería que queda  frente a su negocio. “Mi casa es mi templo sagrado”, se excusó al negarse a hacer la nota en su hogar. El Turco volvió a los escenarios con Chebere hace tres años, luego de estar 13 años fuera de escena.  Del revival no se salva ni el cuarteto. 

Chébere es historia en Córdoba. La banda cumplió 39 años, el pasado 19 de junio, el mismo día que la Universidad Nacional de la provincia que los hizo inmortales.  El Turco Julio vivió 10 años en Alta Gracia, en la calle 24 de septiembre en la época en que tocaba con Santamarina. “Vivía cerca del Colón, a unas cuadras de la plaza”, recordó.

PATEAR  EL TABLERO

Inicialmente, la banda se conformó en 1973 con Eduardo “Pato” Lugones (locución y animación), Hugo “huesito” Terragni (violín), Angel “Negro” Videla (piano), Alberto “Beto” Guillen (contrabajo), Alberto Pizzichini (acordeón) y Daniel Reyna “Sebastián” (cantante) y realizaron su primer show en el año 1974. El Turco formó parte de la segunda formación de la banda. “Me llamaron porque el Negro Sebastián les dijo en un ensayo que iba a comprar cigarrillos y todavía lo están esperando”, recordó irónico. “Yo vivía frente a la casa del Beto Guillen (bajo) y me invitaron a ver unos ensayos. Luego me invitaron a un baile en Río Primero y como faltó el cantante, el Negro Videla me subió de prepo ahí. El único tema que me sabía era Noche de Miramar, que lo hicimos durar como 25 minutos y “A que no”, que no lo conocía nadie en el ambiente”, y ahí empezó todo, de casualidad.

Chébere pateó el tablero musicalmente hablando, “nuestra impertinencia y  juventud fue lo que hizo que tengamos  40 años de vigencia absoluta en los escenarios”, analizó el Turco.

-Los primeros tiempos  de la banda estuvieron contextualizados por la dictadura en Argentina. ¿Cómo fue arrancar en esa época?

– Fue una época muy compleja. La gente veía en el baile, un escape para no pensar en los aprietes, en las persecuciones, en lo mal que estaba el país y hacia donde iba. Pero casi siempre, los sábados a la noche, los militares salían a hacer las racias y nos llevaban 300, 400, 500 personas de los bailes. A nosotros nos obligaban a que nos quedáramos arriba del escenario, se prendían las luces, entraba el ejército y se llevaban a la gente, eso era todos los fines de semana. A nosotros varias veces nos llevaron y nos soltaron.

IDA Y VUELTA

En los 90, Julito (como él mismo se referencia) se alejó de los escenarios, desapareció  completamente del ambiente. “En esa época, me dediqué a cantar para los amigos, la música que a mí me gustaba como temas de Sinatra, de Tom Jones, The Beatles,  Creedence, Alejandro Sanz. Antes no hacía eso, si me querían escuchar les decía que fueran a un club. Menos mal que la mamá no me hizo albañil, sino me pedía que les levantara una pared”, agregó.

-¿Entonces cómo fue que decidiste regresar  a cantar con Chebere?

– El Pato (Lugones) siempre me invitaba a los reencuentros y yo siempre decía que no. Una vez me invitó a participar de una fiesta privada para los docentes en FORJA y acepté. El Pato no lo podía creer. Era una travesura, para volver a juntarnos con el Beto y el Pato. Acepté ir porque no había publicidad, después de 8 años de decirle que no. Esa noche, había seis mil personas, cuando Lugones me presenta para subir, se me cerró todo y cuando salí al escenario fue mágico. La energía de la gente fue enorme, se cantaron todos los temas. Esa noche estaba el Lito Quinteros poniendo música. Él  tenía un boliche en Villa María para mayores y cuando bajé vino y me dijo que tenía ya dos fechas reservadas para mí. Le expliqué que esto era sólo una travesura, pero me agarraron entre él, el Pato y el Beto y aquí estoy,  el 10 de septiembre de 2013 cumplo 3 años con mi  regreso a Chebere.

HOY

“Es la primer vez en cerca de 40 años que estoy disfrutando lo que hago. Mi vuelta no es porque sí, fue para que volviera la gente que no iba más a los bailes porque no tenían más a su referente. En mi vida he visto lagrimear a una mujer por un tema que yo he cantado. Lo que estoy viendo ahora, es la emoción del hombre, que me dice que retrocedieron 25 años. Y esas cosas no tienen precio. No he vuelto a la música por necesidad económica. Nos divertimos y la pasamos fantástico”, se esfuerza en explicar El Turco.

-¿Estás grabando ahora?

-Estoy grabando un disco por insistencia de la gente. Este disco va a ser Julio con Chebere. Pensaba titularlo “A mi gusto”. Son todos temas nuevos, con temas de autores cordobeses. Está planificado para que salga a fines de julio o principios de agosto, sería maravillosos que fuera en julio (Julio en julio, todo cierra). Toda la producción es mía, los arreglos de Marcelo Gutiérrez y Adrian Calandri y la fotografía es de una fotógrafa cordobesa. Soy una persona agradecida a todo Chebere, a los músicos, a los arregladores, a los iluminadores, a todo el círculo, y a todos los amigos y colegas. Somos parte de la historia y la leyenda está viviente.

 

ENTREVISTA PUBLICADA ORIGINALMENTE EN PAPEL TORTUGA #87. ESCRITA POR NOELIA MARTÍN Y ANA LAURA LÓPEZ. FOTO DE AGUSTINA TRIQUELL

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