Cada 8 de abril se festeja oficialmente el cumpleaños de Alta Gracia, recordando ese día de 1588 cuando Juan Nieto recibió la merced de las tierras donde se enclavaría la ciudad. De visita por «Que No Se Te Escape», el docente y guía de turismo Marcos Ponce aportó su mirada sobre la conmemoración y rescató la figura de Manuel Solares, quien tiempo después donaría las tierras para la conformación de la villa.
Escuchá la entrevista completa:
Ponce advierte críticamente que la instalación del aniversario de la merced de tierras a Nieto como «el cumpleaños de Alta Gracia» obtura la instalación de otros aniversarios como parte de los mitos fundantes de la ciudad.
En un recorrido histórico, repara en que el origen de Alta Gracia «es el resultado de un complejo proceso de varios siglos, previo a la llegada de Juan Nieto«. En él, señala, hay diversos puntos de inflexión, que van modelando el devenir. Y reflexiona: «Siempre depende de los tiempos políticos, sociales y culturales a qué puntos de inflexión se le da importancia para construir los mitos fundacionales».
«Fuimos una villa turística, un ferrocarril, somos una ciudad dormitorio de la que aún no salimos». Todo ello, apunta Ponce, «tiene que ver más con el testamento de Solares» para el diseño de la villa, sobre la que se erigirá la ciudad, que con la merced de tierras a Juan Nieto. Y se pregunta: «¿Qué hubiera pasado si Solares no hubiera tenido la visión de la villa, que tiene que ver con el momento de la organización del Estado Nacional, de poblar y educar?».
Sobre la decisión histórica de situar en la merced de tierras a Juan Nieto el mito fundacional de Alta Gracia, analiza Ponce: «Cuando se arma un discurso histórico, va de la mano con quien tiene más poder. Esto de elegir un mito fundacional con Nieto está relacionado con lo que había pasado en el resto de los lugares. Los lugares turísticos tienen construcciones simbólicas muy fuertes. Relatos que tienen que vender más. Nieto era el dueño del lugar. El monumento de Nieto remeda a Jerónimo Luis de Cabrera, pero él no vino a conquistar nada. Nieto era funcionario español y escribano. Por sus servicios se le entrega la merced de tierras».
Y contrasta este fenómeno histórico con el protagonismo de Manuel Solares: «A partir del testamento de Solares viene la villa y el ferrocarril, y lo que conocemos como la globalización como circuito económico social. Sin esto, el casco de la estancia podría ser un museo perdido en las sierras y sin embargo, está enclavado en el medio de la ciudad. Alrededor de ese edificio, están los lugares a través de los cuales se organiza una villa: la plaza, el municipio, la escuela. Después va a estar el banco».
Para el turismo y para quienes habitan a diario la ciudad, sugiere Marcos Ponce: «Para conocer Alta Gracia hay que conocer los museos como disparadores de otros espacios que están alrededor. Y hay que deconstruir. Tenemos un recorrido turístico que va por el alto; empieza en el Tajamar, el Reloj Público, el Sierras Hotel, los museos y va hacia la Gruta. Hay también una negación de otros espacios, como el barrio Sur y el barrio Norte, que estuvieron marcados por el paso del tren, entre la estación y la cantera. El punto medio es el casco de la estancia».
