Acompañados por diversos sectores sindicales, sociales, políticos, de Derechos Humanos, productivos y de las pymes, las dos vertientes de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) lanzaron una convocatoria federal para el jueves 5 de diciembre. Un informa de CIFRA da cuenta de una «pérdida brutal del poder adquisitivo», con el valor real de un salario mínimo 28,4% por debajo del registrado en noviembre de 2023.
La convocatoria a la jornada de lucha propone ponerle un freno a las políticas neoliberales que impone el Gobierno de Javier Milei. En la ciudad de Buenos Aires, una movilización confluirá en Plaza de Mayo, mientras que en el resto del país, se hará sentir el reclamo con diversas actividades.
Un comunicado firmado por los secretarios generales de ambas vertientes de la CTA, Hugo «Cachorro» Godoy (CTA-A) y Hugo Yasky (CTA-T), detalla que se suman a la convocatoria a esta jornada de lucha la Unión de Trabajadoras y Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Territorios en Lucha, sindicatos de la Confederación General del Trabajo (CGT), sectores pymes, agrupaciones políticas y organismos de Derechos Humanos.
«Desde la asunción del Presidente Javier Milei, las organizaciones sindicales y sociales hemos puesto el acento en cada una de las políticas de ajuste y saqueo que se fueron ejecutando contra los derechos de las mayorías y que han logrado que aumente exponencialmente la desocupación, la pobreza y el hambre entre nuestro pueblo«, expresa el documento.
Y a continuación detalla los diversos procesos de lucha que se han ido desarrollando: fuimos parte de los Paros Generales del 24 de enero y 9 de mayo; desbordamos las calles el 8 de marzo en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y el 24 de marzo para continuar reclamando más Memoria, Verdad y Justicia; construimos una de las movilizaciones más grandes desde el Retorno a la Democracia cuando el 24 de abril miles y miles de alumnos, docentes y sindicatos colmamos las calles para defender la educación pública y lo repetimos el 2 de octubre frente al Congreso de la Nación. Y agregan que mientras tanto, se sucedieron decenas de convocatorias, medidas de fuerzas y paros sectoriales a lo largo y ancho de todo el país.
En ese marco, subrayan que ahora la movilización es por una “Argentina sin Hambre, con Paz, Justicia Social y Soberanía”, para ponerle un freno a las políticas neoliberales que impone el Gobierno y para defender la Soberanía Nacional, «que es la capacidad de nuestro pueblo para decidir sobre el destino económico, político y social».
Concluye el documento con la enfática consigna que se ha ido repitiendo en las diversas movilizaciones desde la asunción presidencial de Javier Milei: «¡La Patria No se vende, la Patria se Defiende!«
JORNADA FEDERAL DE LUCHA
— CTA Autónoma (@CTAAutonoma) November 28, 2024
Por una argentina sin hambre, con paz, justicia social y soberanía.
5 de diciembre · 13 hs
Plaza de Mayo pic.twitter.com/wh4zJn2DXE
Pérdida brutal de poder adquisitivo
Simultáneamente, el centro de investigación y formación de la CTA-T, CIFRA, dio a conocer detalles de un informe que elaboró sobre la evolución del Salario Mínimo, Vital y Móvil, que da cuenta de una «pérdida brutal de poder adquisitivo apenas asumido el gobierno actual, producto del efecto de la devaluación de la moneda y su impacto en los precios».
Según el citado informe, en los meses subsiguientes, en el Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil fue la Secretaría de Trabajo la que determinó los aumentos nominales, que implicaron que se mantuviese prácticamente congelado en ese deprimido valor. No hubo recuperación alguna para el salario mínimo, que en octubre con $ 271.571 mostró un valor real 28,4% menor que en noviembre de 2023.
Acto seguido, advierte el informe que esa pérdida se acumula con retrocesos de años anteriores: en cada uno de los años 2018, 2019 y 2020 el salario mínimo vio disminuir más de 10% su poder adquisitivo. De este modo, en octubre de 2024 el poder de compra de este salario mínimo fue 39,9% menor que en noviembre de 2019, al final del gobierno de Cambiemos, y 54,0% menor que noviembre de 2015.
Profundizando el análisis, CIFRA señala que «el retroceso histórico es tan grande que el valor real del salario mínimo ya es inferior al vigente durante la mayor parte de la década de 1990 y en la crisis final del régimen de convertibilidad», cuando esta política se había abandonado como herramienta para determinar pisos salariales e impulsar una menor desigualdad salarial.
Asimismo, la comparación del salario mínimo con las líneas de pobreza y de indigencia revela una situación peor que la del año 2001. El salarió mínimo en octubre sólo alcanza para adquirir el 54,3% de la canasta básica de alimentos que define la línea de indigencia para una familia tipo y poco más de una cuarta parte de la canasta de pobreza.
Finalmente, proyecta que si no hubiese tenido lugar la pérdida de poder de compra del salario mínimo sucedida desde fines de 2015 a la fecha, en el pasado mes de octubre este salario hubiera sido superior a $ 590.000 medido en pesos de ese mes y hubiese representado más del 143% sobre la canasta básica alimentaria aludida.
CIFRA – Informe sobre la evolución del Salario Mínimo, Vital y Móvil
— CTA-T (@CTAok) November 27, 2024
El salario mínimo, vital y móvil tuvo una pérdida brutal de poder adquisitivo apenas asumido el gobierno, producto del efecto de la devaluación y su impacto en los precios
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