Con mayoría oficialista, el Concejo Deliberante de Anisacate aprobó una ordenanza que impone un valor de $10.000 por automóvil que estacione en las playas de la localidad. Según se explicó oficialmente, la medida alcanza a los turistas que arriben para «pasar el día» y no a quienes pernocten en algún alojamiento local o residan en Anisacate. La medida despertó polémica, ya que dicho valor duplica al valor promedio que se maneja en la región.
En una serie de entrevistas que brindó la entrevista Natalia Contini en medios provinciales, ante las álgidas repercusiones de la medida, remarcó que el pago no es por estacionamiento, sino por una serie de servicios que se brinda en las playas. Además, aseguró que la medida pretende promover el pernocte en Anisacate, ya que «es un costo altísimo sostener las prestaciones de servicio para el turista que viene a pasar el día».
Contini distinguió que «Anisacate tiene estacionamiento libre y gratuito», repasando que en el marco de su gestión se aprobó una ordenanza que «establece la prohibición de ‘naranjitas’ y el cobro de estacionamiento».
En ese marco, distinguió que lo que aprobó el Concejo Deliberante local en este caso, en el marco del nuevo presupuesto y tarifaria, fue el «cobro de estacionamiento tarifado en bajadas habilitadas con prestación de servicios para el turista que viene a pasar el día». Y a continuación enumeró que entre dichos servicios, se encuentran baños químicos, un equipo de voluntarios para cuidar el río y personal de Defensa Civil, guardavidas certificados, asistencia de salud y actividades recreativas desarrolladas por la Dirección de Deportes.
«Hacemos esto porque queremos promover el pernocte en nuestra localidad, porque el turista que pernocta tiene pase libre a nuestras playas, así como los residentes de la localidad», concluyó.
Sectores opositores a la gestión, al comparar el valor que tendrá el acceso a las bajadas al río de Anisacate respecto de otras localidades (con diferencias de alrededor del 50%), advierten que es una medida de «recaudación desmedida», que expulsa al turista y no le brinda servicios a los vecinos y las vecinas.