Mañana jueves 26 de marzo, como en 2014, la organización Jóvenes por la Memoria convoca a las la “Ronda por la memoria con Emi D’Ambra”, alrededor del centro de la Plaza Solares de Alta Gracia. La cita es a las 17 horas “para iniciar la ronda a las 18 horas”, comunicaron desde la entidad.
En la mañana de hoy, en un emotivo diálogo con Radio Tortuga, Emi D’Ambra, referente de Familiares de Desaparecidos y mamá de Carlos y Alicia D’ambra, secuestrados y desaparecidos por el terrorismo de estado cuando tenían 21 y 23 años, compartió sus sensaciones respecto los actos del 24 de marzo, su esperanza en la juventud y Alta Gracia.
LOS VEINTICUATROS
“Para nosotros es una fecha muy cara siempre con la expectativa de ver qué respuesta tiene en el público general. La marcha no la hacemos solo para los directamente damnificados por la última dictadura militar sino para toda la sociedad que entiende que se afectó a todo el país”.
“Nos alegra que la gente responda, y eso es porque nos cree porque siempre nos manejamos con la verdad más pura. La gran cantidad de personas que participó a pesar de la llovizna nos dio mucho orgullo. Vivo estos días con expectativa y alegría por ver como la gente responde”.
HASTA CUÁNDO
“Una pregunta que nos hacen siempre es “¿Hasta cuándo?” y yo respondo que mientras quede un nieto que no fue recuperado, mientras quede un cuerpo enterrado en alguna parte como NN nosotros vamos a seguir reclamando. Esa es nuestra obligación, nuestro deber, nuestro fin, que se sepa la verdad, que nunca va a ser completa si hay un chico viviendo con su identidad falseada. Hay 116 nietos reconocidos, pero en total son alrededor de 500 los que tienen contabilizadas las abuelas, mirá todo lo que falta”.
PERDÓN
“No se puede hablar de reconciliación o perdón si antes no hay alguien que pide ese perdón. Nadie nos vino a decir “estamos arrepentido de lo que hicimos y queremos reparar”. Cada vez que abren la boca estos genocidas es para decir otra mentira. Si ellos de verdad estuvieran arrepentidos, si contaran la verdad, podríamos empezar a hablar de reconciliación, pero ¿reconciliación con quién? ¿Con una persona que dice abiertamente que lo haría de nuevo? ¿O que se arrepiente de no habernos matado a todos a todos? Así no puede haber reconciliación, no puede haber perdón”.
LOS JÓVENES
“El que haya jóvenes en estos movimientos es una alegría para nosotros los viejos. Nuestra satisfacción es esa, saber que lo que nosotros estamos tratando de crear y de inculcar en la sociedad prendió, y los chicos son los que van a seguir nuestro derrotero. Yo le tengo mucha fe a esta juventud, los aliento todo lo que puedo, les demuestro que los quiero mucho y que tengo toda mi esperanza puesta en ellos”.
CARLOS Y ALICIA
«Sabemos que Carlos estuvo alrededor de un mes secuestrado y lo fusilaron. Cuando lo recuerdo me da pena pero también alegría porque sufrió menos. Alicia estuvo 9 meses pasando por 5 o 6 campos de concentración. Y los recuerdos que tengo es el agua tan caliente con la que se bañaba. Cada vez que me baño con agua caliente la recuerdo y pienso que todo ese tiempo que estuvo pasando de un campo para otro si la dejaron bañarse de vez en cuando debe haber sido con agua fría».
ALTA GRACIA
“Este jueves vamos a recordar las marchas que se hacían en Córdoba, en la plaza San Martín haciendo una acá en Plaza Solares”.
“Con mi marido sentimos mucho el desprecio de Alta Gracia cuando desaparecieron los chicos. Tuvimos que sufrir la humillación de que gente que considerábamos amigos cruzaran de vereda para no cruzarse con nosotros. Sufrimos la humillación de que digan que en Alta Gracia no existía ningún desaparecido porque acá no había pasado nada, era una ciudad impoluta que se había mantenido al margen».
«Sin embargo, que ahora haya un montón de chicos que forman esta Juventud por la Memoria, y que inviten a dar la vuelta a la plaza, y que se haga una marcha los 24 ¿sabés lo que significa para mi?, que Alta Gracia se ha convertido en una ciudad en que se puede vivir y donde se puede pensar distinto y que dejó de depender de cuatro personas que pensaban que lo único que importaba era la religión y nada más. Alta Gracia está cambiando y es un orgullo que me homenajeen acá. Cada vez que alguien me para en la calle para felicitarme por mi trabajo me siento reconciliada con Alta Gracia, no con toda la gente, pero si con la ciudad. Me alegra ver que Alta Gracia ha cambiado».
Fotografías: Luciano Gualda