Por Pablo Rodríguez. En una puesta que intervino el silencio con cuerpos naranjas que expandían el espacio escénico, fluían, frágiles, caían, se sostenían, y entre huesos y besos imaginaban una casa colectiva; el grupo «La Indómita Danza Orquesta», que busca consolidarse como elenco estable de la Universidad Provincial de Córdoba, participó el sábado 11 de noviembre de las puestas al aire libre que el «Festival Ocupar» compartió con la comunidad en la explanada de la Estancia Jesuítica.
Hacia el final de la puesta, una caja chayera marcó el pulso para una copla que, cantada polifónicamente y sin amplificación, atravesando la cuarta pared incorporó al público a un gran abrazo contenedor que pretendió contraponer al cúmulo de violencias actuales, una esperanza colectiva.
En la propuesta del elenco, que se halla modelando su manifiesto fundacional en estos días, hay un concepto, una búsqueda, un objetivo, que tiene tanto de sala y de escenario, como de calle y marcha; un horizonte en el que la danza se deja interpelar por el presente y oficia de canal expresivo para los decires de los cuerpos.
«El grupo La indómita Danza Orquesta surgió a partir de una cátedra de composición coreográfica que yo dictaba. En 2019 empezamos a conformarnos como grupalidad extensionista, a partir de mi propuesta por cómo veníamos con el proceso de clase de esa grupalidad. Les propuse si querían experimentar todo lo que veníamos desarrollando como material de clase, trabajar un año más para experimentar eso en una evolución para puesta en escena y que suceda como obra. Tuvieron entusiasmo y en 2019 fue un primer proceso de creación de obra. De allí surgió ‘Marea‘, que estaba atravesada por la lucha por la legalización del aborto».
La que habla es la profesora Ariana Andreoli, que en la puesta tocó la caja y oficia de directora del grupo; pese a que, reconoce, el elenco se maneja con horizontalidad y comisiones de trabajo, y sin un líder que marque las pautas. La Indómita Danza Orquesta está integrada por estudiantes y egresades del Profesorado de Danza y la Licenciatura en Composición Coreográfica de la Escuela Superior Integral de Teatro Roberto Arlt, de la Facultad de Arte y Diseño (FAD) de la Universidad Provincial (UPC).
Tras el proceso de conformación del elenco, retoma Andreoli en una entrevista realizada por este Portal, se empezó a pensar la posibilidad de convertirse en un elenco formal y profesional de la FAD: «Ahora nos llamamos elenco de prácticas escénicas, como un espacio que está queriendo fogonearse en la profesionalización, partiendo desde la danza. Pero es híbrido lo que generamos dentro. Tenemos creaciones que son para sala y otras intervenciones para calle, que atraviesan temáticas que nos interpelan y en las cuales nos interesa poner la voz literal y a través de la corporalidad«.
«Al cuerpo con amor«, una de las obras que compartió este elenco en el Festival Ocupar, que se desarrolló entre el 10 y el 12 de noviembre en Alta Gracia, es una acción en contra de la violencia de género y de todas las violencias en general. «Tiene que ver más con el artivismo«, indica Andreoli, haciendo referencia a este cruce entre activismo y arte, ya que precisamente surgió dicha obra para acciones en contra de la violencia de género. Precisamente, en esa búsqueda se conjugan convicciones, sentires profundos, posicionamientos con la práctica de la danza, el entrenamiento, la formación, el estar en la calle y el cruce con otras disciplinas, como la música, las artes visuales.
Destaca Andreoli que tras ese proceso inaugural en el que fueron confluyendo estudiantes y ex estudiantes de la cátedra con este objetivo de conformar un elenco estable, «este año es la primera vez que pudimos hacer una convocatoria abierta y esta grupalidad ahora está haciendo un manifiesto para dar a entender colectivamente cómo funciona».
Y completa: «Yo estoy en la dirección del elenco, pero funcionamos de modo cooperativo y con comisiones de trabajo. Tenemos un funcionamiento de tejido y de red que replica en la forma en que nos movemos en el circuito independiente».
PORTAL TORTUGA (PT): ¿Hay apertura en el ámbito institucional para esta propuesta?
ARIANA ANDREOLI (AA): La decana apoya la propuesta, la Secretaría de Extensión de la UPC también. Vamos generando articulaciones para que se generen apoyos, no sólo con espacio físico para reunirnos, sino también con apoyos económicos para producir las obras y trasladarnos. Todavía estamos en la cocina. Hay un feedback, un interés, pero todavía estamos siendo, para darle visibilidad en los distintos estamentos de la Universidad.
PT: ¿Qué valor tiene particularmente que sea una universidad pública el ámbito en el que nace este proyecto y en el que quiere consolidarse como elenco?
AA: Es fundamental que sea en una universidad pública. Es fundamental que existan todas las carreras de arte que existen dentro de la universidad pública. Hay profesorados, tecnicaturas y licenciaturas que no hace muchos años que están. El estar en el ámbito de la universidad pública permite el acceso a quienes quieren formarse, que si tuviesen que pagar por cada instancia de formación sería imposible. Formación, capacitación y perfeccionamiento accesible para quienes deseen acercarse. Si no fuera así, sería elitista. La Facultad de Arte y Diseño está en un empuje fuerte por existir. En eso estamos defendiendo la democracia, la cultura, el arte.
PT: ¿Qué desafíos presenta generar trabajos para el ámbito abierto, por fuera de la sala, en espacios callejeros, donde hay un público ocasional que pasa y se encuentra con estas propuestas?
AA: Desde adentro es súper desafiante. La emancipaciòn de los cuerpos es poder decidir in situ. Porque si bien hay pautas y parámetros, hay algo de la incerteza y la incertidumbre y el campo tan abierto que ofrece la calle. La presencia de los cuerpos, el apoyo colectivo, la celebración del discurso colectivo. Estos son nuestros cuerpos. En la calle estamos para transmitir lo que queremos y en el modo que elegimos, a gente que no eligió ir a ver una obra, sino que se la encontró.
PT: ¿Con qué respuestas se encuentran?
AA: Generalmente aparece el interés de distintas maneras. Aparece la pregunta. En el Festival Ocupar hay un contexto, las personas se sientan. En otras circunstancias, que la acción sucede sin un escenario específico, la gente se acerca porque le llama la atención, pregunta. Esto mismo pasa incluso cuando empezamos con la entrada en calor. Eso está bueno porque construye un diálogo. También aparecen comentarios como «andá a trabajar», que son más violentos y despectivos, pero son los menos.
Sobre el final de la puesta, aquellos cuerpos naranjas que irrumpieron desde el público mismo, moviéndose etéreos, como condicionados en el vuelo por hilos invisibles, frágiles, pendientes del suelo; y se fueron encontrando en brazos agarrados, en miradas, en besos, en caricias; ahora se ordenan en coro y con el solo latir de la caja chayera comparten al público, de frente y rompiendo la cuarta pared, en una copla esas palabras que nacieron de un cadáver exquisito y que completan lo que ya se ha dicho con el silencio: huesos, besos, cuerpos, casa, colectivo.
