Estudiantes del IPET 132 Paravachasca están trabajando en la fabricación de una innovadora cosechadora que extraerá algas y juncos del Tajamar. En diálogo con «Que No Se Te Escape», María José Sánchez, directora de la institución, brindó detalles y destacó el carácter colectivo que reviste la iniciativa.
Sánchez introdujo la conversación, contando que en 2021 partió desde la Municipalidad de Alta Gracia la propuesta de que en la institución se pudiera construir una máquina para extraer las algas que se concentran en el Tajamar y que habitualmente debe recoger un equipo de la Provincia.
En respuesta, la institución incluyó el proyecto dentro de las prácticas profesionalizantes que tienen que realizar los estudiantes. «Estuvieron trabajando los profes el año pasado en la investigación y armando el proyecto, firmamos convenio en diciembre y este año ya recibimos los materiales para comenzar», relató Sánchez, quien reconoció que la propuesta se ha convertido en un «gran desafío para nuestra institución, para los estudiantes y para los docentes».
Un aprendizaje colectivo
RADIO TORTUGA (RT): ¿Quiénes son las y los jóvenes que están trabajando en esta cosechadora de algas y juncos?
MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ (MJS): Es a través de la especialidad «Equipos e Instalaciones Electromecánicas«, desde cuarto a séptimo año. Quienes están trabajando en el armado y la construcción de la cosechadora son los estudiantes de séptimo, pero desde cuarto empiezan a trabajar en los planos y hacen pequeñas incursiones, ayudando y colaborando en la construcción. La otra especialidad, que es «Industria de los Procesos«, estudia cómo se puede trabajar con estas algas para volverlas a reutilizar.
La directora destacó que este proyecto posiciona a la institución, ya que es inédita una construcción de estas características en una institución educativa. «También fue iniciativa de la gente de la Municipalidad, incursionar en luces para que la cosechadora pueda trabajar de noche», agregó.
«Esto es parte de las enseñanzas que tenemos que prever en las instituciones. Más allá de la construcción de la máquina, hay una construcción social que aprenden nuestros estudiantes, que es cómo salir de cualquier problemática con creatividad y de manera colaborativa», reflexionó la docente.
Y agregó: «Nuestra intención es que los chicos trabajen mucho en las prácticas profesionalizantes para que salgan con las capacidades que se necesitan; ya que tienen que estar profundamente preparados para desarrollar su vida adulta».
RT: ¿Cómo sigue el proyecto? ¿Qué tiempos manejan?
MJS: Tenemos que tener la espera que haga falta. Nos propusimos que para agosto flote la cosechadora, pero va a depender de los tiempos que nos pongan los estudiantes. Ellos necesitan un tiempo para su aprendizaje.