Martín Sánchez: jujeño y cordobés, veterinario y cantor

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De visita por el programa «Tarde para Tirar la Toalla», el cantautor jujeño cordobés Martín Sánchez recorrió su biografía, que en un fino equilibrio entrelaza a la familia con el canto popular y la veterinaria. Entre canciones, repasó su presente artístico, junto a la banda que sostiene desde hace más de una década, y anticipó la puesta audiovisual de una nueva chacarera.

Escuchá la entrevista – Parte 1: https://radiocut.fm/audiocut/entrevista-a-martin-sanchez-en-ttt-parte-1/

Escuchá la entrevista – Parte 2: https://radiocut.fm/audiocut/entrevista-a-martin-sanchez-en-ttt-parte-2/

Si bien vivió hasta los 11 años en Tilcara, Martín Sánchez nació circunstancialmente en San Salvador de Jujuy, donde se radicó hasta los 18. Tras terminar la escuela secundaria, arribó por la Provincia de Córdoba para estudiar la carrera de Veterinaria, profesión que ejerce paralelamente a la de músico.

Después de vivir algunos años en la capital cordobesa, en 2007 se instaló en Alta Gracia y algunos años después, en barrio Los Chañaritos de Anisacate. Ese peregrinar fue consolidando una vida en la que los escenarios de fin de semana y los ensayos, tejen una misma trama con la vida familiar y los viajes para atender las demandas veterinarias de productores.

UNA VIDA CON LA MÚSICA

Al hurgar en sus primeros recuerdos con la música, aparecen guitarreadas con sus padres y un profesor de música tocando «Mi Principito» de David Villatarco, una composición jujeña tradicional. «Salía de los juegos con los chicos y me quedaba mirando la guitarra», recuerda Martín Sánchez.

«En mi casa nadie es músico, en la familia de mi madre tampoco y en la parte de mi viejo, mi abuelo era charanguista y tocaba la quena de entre casa, pero primos de él eran concertistas de viola», revisa, como buscando en su genealogía alguna referencia que le hubiese marcado el camino. Aclara, sin embargo, que «en Tilcara, cuando vas al colegio, en ‘Música’ los instrumentos son quenas, zamponias y percusión». Asimismo, los sikus son muy comunes también, ya que las bandas de sikuris amenizan las actividades de Semana Santa, que son tradicionales.

Si bien entre los 12 y los 18 se abocó con entusiasmo a la Música, incluso estudiando en el Conservatorio la guitarra, recuerda que cuando para una materia debió cantar solo, cierto pánico lo alejó de la oportunidad de asumir un mayor protagonismo artístico. Paralelamente, hacia tercer año de la secundaria, ya había definido que quería dedicarse a la Veterinaria.

Con la música siguió tocando, pero solo, «con los libritos y con amigos», subiendo a los escenarios pero en la retaguardia, abocado a los vientos. «Cuando me vine a Córdoba, me animé a cantar yo. Armé mi banda en Río Cuarto que se llamaba ‘Cajuyco’, porque era uno de Catamarca, otro de Jujuy y otro de Córdoba. Estuvimos cuatro o cinco años tocando en las peñas universitarias», indicó. Y al terminar la Universidad, condicionado por los tiempos de sus obligaciones laborales, encaró un proyecto solista con bailecitos y cuecas, con los que recorrió diversos bares.

RADIO TORTUGA (RT): ¿Tomabas a la música como entretenimiento o también como una posibilidad laboral o de oficio?

MARTÍN SÁNCHEZ (MS): Desde que me vine a vivir a Córdoba, concebí a la música como un cable a tierra, como lo es el fútbol para quien juega los fines de semana. Lo tomé también como un laburo, al margen de que podía hacerlo de lo que había estudiado. Siempre lo tomé como un medio de vida más. Hoy trabajo de forma independiente como veterinario y divido bien el tiempo en la semana.

ENCUENTRO MÁGICO EN PARAVACHASCA

En 2007 eligió trasladarse a Alta Gracia, mientras desarrollaba la música y la veterinaria como carreras paralelas. «Estaba con la que era mi pareja y también con mi hija. Caímos con la suerte de alquilar al lado de un músico, Mauri Córdoba, que además de ser un gran músico, es una gran persona. Fue mi primer amigo de acá, con él hilvanamos el primer proyecto musical», recupera Martín Sánchez de aquellos días.

A propósito del desafío de ordenar todas las dimensiones de su activa vida diaria, recuerda Martín Sánchez: «Yo viajaba mucho por mi profesión, porque trabajo con muchos productores. Entonces muchas veces, de lunes a jueves no estaba en mi casa. Y con el proyecto de música tocaba el sábado. Y después tenía que estar con mi gente. La madre de mis hijos era bailarina, entonces entendía cómo es la movida de la cultura. Como ella bailaba, a veces me tocaba a mí quedarme con los chicos. Lo equilibrábamos muy bien. Como yo estaba muy ausente en la semana por el laburo, sentía la presión de no compartir el día a día con mis hijos. Pero es una elección que tomé y en la que me ayudó mucho la familia. Fue algo que se equilibraba. Lo que pude desarrollar hasta hoy es viable porque no tuve problemas y lo pude equilibrar bien».

RT: Desde lo creativo, hubo un cambio acá con lo que venías haciendo porque empezás a crear más lo tuyo...

MS: Siempre compuse canciones para mí, que estaban guardadas. Cuando se empezó a generar esto de exponer nuevas melodías y canciones, donde escuchabas canciones nuevas de intérpretes o artistas nuevos, te daba menos miedo a exponer lo de uno. En estos últimos años es fabuloso escuchar que hay muchos cantautores que tienen canciones increíbles; eso me da ánimo de mostrar mis canciones.

Afincado en el Valle de Paravachasca, empezó a consolidar su propuesta solista, sumando a músicos de la región. Mauri Córdoba en la guitarra, Walter Moyano en la percusión y Oscar Sánchez en los vientos son sus primeros compañeros de ruta. Más tarde, Mauri Córdoba se distanciará para darle forma a su propuesta solista y en su lugar se incorporará Fernando Guarneri. De 2007 a esta parte, con estos cambios iniciales, se trata de la banda estable de Martín Sánchez. Una agrupación con la que, destaca, se siente cómodo para mostrar sus canciones para que sean abordadas y mejoradas para llevarlas a los escenarios. «Fue algo muy mágico», sintetiza Martín Sánchez este camino de encuentros.

Entre 2015 y 2016, la banda logró grabar un CD con composiciones de Martín Sánchez y una de autoría compartida con Mauri Córdoba que, merced a un concurso de canciones inéditas del Instituto Nacional de la Música (INAMU), logró contar con un millar de réplicas. «Fue un esfuerzo de los cuatro; venir, grabar, horas de ensayo», repasa Martín Sánchez.

NUEVO DESPERTAR

Respecto del presente y el futuro de su propuesta artística, subraya el cantautor que ya está confirmando fechas para estas semanas y la temporada estival, y que también están próximos a concretar un trabajo audiovisual junto al realizador Diego Seppi sobre la chacarera de su autoría «Aquí regreso», que dedica a colegas músicos y que de alguna manera refiere a la necesidad de reencontrarse tras los largos meses de distancias, producto de Coronavirus.

«Esta pandemia fue muy terrible. Estábamos acostumbrados a juntarnos una vez a la semana y mostrar las canciones; y esto de guardarnos fue muy jodido. Entonces surgieron canciones nuevas de a miles», narra Martín Sánchez en el cierre de la charla, como un desahogo. «Es un nuevo despertar para aprovechar», concluye.

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