Los últimos 20 días han sido agitados para la gestión municipal. A los problemas sanitarios y con algunos sectores, se añadieron las modificaciones en el gabinete, sobre las que aún no hay información oficial. Desde que asumió, el intendente Marcos Torres Lima ha debido enfrentar cambios en el organigrama con consecuencias políticas dispares.
Al aumento de casos en Alta Gracia que ha llevado a la peor situación desde que llegó la pandemia, la situación del sistema de salud y al reclamo de comerciantes por las restricciones, a Marcos Torres Lima se le sumaron los cambios obligados en el gabinete municipal a principio de mes.
Durante los primeros días de mayo, se conoció la salida del gabinete de Jonás Veronesse y Oscar Maccari. En el caso del primero, se habría dado luego de un pedido del intendente Marcos Torres Lima. El ex director de Desarrollo Social era un “leal” del titular del Ejecutivo, sin embargo, una cuestión “de índole personal”, precipitó su salida.
La situación se complicó más aún cuando desde el Municipio no hubo prácticamente reacción, y dos semanas después aún no se conoce la versión oficial sobre la salida de Veronesse. El Intendente no dio declaraciones a la prensa e hizo un llamativo silencio que generó especulaciones y versiones sobre los verdaderos motivos del cambio de fichas.
PROBLEMAS EN EL GABINETE
Tras la acotada victoria en elecciones de 2019, y luego de la ruptura con el sector de Walter Saieg, los Torres Lima debieron forzar una unidad “amplia”, con sectores con los que no venían trabajando. Eso generó que se cambiara la base estructural del gabinete que acompañó a Facundo en su gestión como Intendente, de la cual Marcos fue Secretario de Gobierno.
Así se dieron las salidas por ejemplo de Edgar Pérez, Fernando Mina, o Jorge De Nápoli, con gran experiencia y buenas gestiones que migraron a otros rumbos. Sí se logró en cambio la continuidad de otros “puros” como Iván Poletta, Carlos Di Leo, Pablo Soler o Mariano Agazzi, aunque algunos dirigentes del peronismo local plantean que hay que diferenciar entre los “leales” de Marcos y los de Facundo.
En otro orden, se les dio mayor protagonismo a dirigentes como Valeria Amateis, Franco Petrini o Mauro Protto, sin embargo, en el esquema municipal se le dio lugar a actores con el objetivo de sostener la alianza que le dio “legitimidad interna” a las PASO, y le posibilitó a los Torres Lima desprenderse del sector de Saieg.
De esta manera, se sumaron al Ejecutivo Pablo Ortiz, Rodrigo Martínez, Agustín Saieg, Diego Villarreal (propuesto por Ortiz), entre otros nombres que ocupan coordinaciones como Daniel Suárez, y Duilio Silva y Pedro Spinetti en el Concejo Deliberante. Caso aparte merece la continuidad de Roberto Urreta, un ex saieguista que nunca fue contado dentro de los “puros”.
En ese marco, la hibridación del gabinete, las necesidades de darle “más volumen político” a la gestión, y los problemas personales de algunos dirigentes que promovieron salidas inexplicables como las de Veronesse o la de Marcos Moreira de Obras Públicas en 2020, han generado un dolor de cabeza en más de una oportunidad al Intendente, que aún no logra generar la estabilidad necesaria para afrontar la crisis actual.
ACUERDOS Y NECESIDAD
Cuando presentó su gabinete, Marcos Torres Lima se jactó de haber “achicado” las funciones de decisión. Buscó innovar con algunos cargos, sin embargo, debió retroceder cuando aparecieron problemas de gestión y un problema que le surgió a todas las administraciones, que fue la pandemia por el coronavirus.
El primer gran cambio, fue el renombramiento de Martín Cugno, especialista que debió hacerse cargo de la Dirección de Salud con la pandemia empezada, luego de que se planteara la necesidad de contar con un funcionario que pudiera representar al Municipio en reuniones con especialistas.
Pero el golpe de timón más importantes que dio Torres Lima, fue la inclusión de Pablo Ortiz en el gabinete tras el escándalo por el robo de luces en Servicios Públicos, área que estaba a cargo de Iván Poletta, que también administraba Obras Públicas.
Luego de la tormenta, el máximo mandatario local decidió darle la reciclada Secretaría de Gobierno a Poletta (la más política de la gestión) y dejarle Obras Públicas, que se leyó como un control hacia Ortiz, que dejó el Concejo Deliberante para hacerse cargo de una Secretaría de Servicios Públicos en crisis, que ni siquiera tenía un inventario de objetos.
Con la movida, Torres Lima mató varios pájaros de un tiro. Puso a cargo del área a un dirigente peronista de años, en un momento donde entendió que el gabinete no estaba respondiendo de manera política a los problemas diarios; logró calmar los reclamos de Ortiz que pedía un lugar en el gabinete y amenazaba con dejar sin mayoría al oficialismo en el legislativo (que ya tiene minoría en el Tribunal de Cuentas); y trató de correr el eje de las miradas puestas sobre Poletta, que por unas semanas bajó el perfil.
Más allá de que Ortiz se enfrentó en la interna con Torres Lima, su inclusión en el gabinete en una Secretaría, supuso el primer acuerdo “fuerte” con un dirigente que no es del riñón Torrista. Cabe destacar que el actual Secretario de Servicios Públicos es el referente departamental de Martín Llaryora, uno de los principales candidatos a suceder a Juan Schiaretti como líder del peronismo provincial, lo que le da fuerza en la disputa interna.
LAS VOCES DE LA OPOSICIÓN
“Si bien el Intendente tiene la potestad de hacer los cambios de gabinete que considere pertinentes, nos ha parecido inoportuno e innecesario”, planteó Lucía Allende, concejala radical del bloque Alta Gracia Crece que analizó los cambios en el gabinete. Para la dirigente, “el juego de ajedrez” que tiene que hacer el intendente Torres para afrontar “la interna” y los “acuerdos políticos partidarios”, no justifica la creación de “más Direcciones y Secretarías”, en un contexto de pandemia donde considera que se “deben optimizar recursos”.
Para Amalia Vagni, concejala del radicalismo, los cambios generan problemas en la gestión. «No haber nombrado a nadie en Desarrollo Social, que dirija la cuestión, más a sabiendas de todo lo que estamos viviendo y que se podía venir un nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del Presidente, es lo que vemos que no está bien», manifestó Vagni, que si bien destacó el trabajo que vienen haciendo en el área desde que comenzó la pandemia, argumentó que «hoy la gente necesita mucho más del acompañamiento del Gobierno en materia social».
Por: Diego Heredia