En un polémico acto, en 2013 el gobierno del por entonces Unión por Córdoba aceptó la donación de un arroyo con la promesa de que así se desalambraría. A casi ocho años del hecho, el arroyo Caocamillín o Santa Cruz sigue cercado por el barrio privado La Hornilla. La Municipalidad, por ahora, sin reacción.
Vecinos y vecinas de barrio Liniers plantearon en redes sociales hace algunos días que el arroyo Caocamillín, continúa alambrado por un loteo privado pese a la promesa del Municipio de que se iba a desalambrar. Cabe recordar que el 9 de septiembre de 2013, los concejales del por entonces bloque oficialista de Unión por Córdoba y también los tres radicales, aprobaron la aceptación de donación del arroyo que el barrio privado La Hornilla, hizo al Municipio. En su momento sólo votó en disidencia Julia Elías de Encuentro por Alta Gracia.
En aquel momento, la polémica fue por la insólita situación de que el Estado aceptara la donación de un curso de agua de dominio público. El Municipio aseguraba que, a instancias de Recursos Hídricos de la Provincia, el curso de agua que pasaba por las inmediaciones del barrio privado no era de dominio público porque no se trataba de un arroyo, ya que era un cauce de desagüe pluvial. Así se justificaba la aceptación de la donación.
Según esta lógica, el Caocamillín en el trazado de barrio Liniers sí era un arroyo de dominio público, pero puertas adentro de La Hornilla era de dominio privado por no tratarse de un arroyo, justo en esos kilómetros que coincidían con la propiedad del country. La acción en ese momento, consistió en que el privado que debía donar por ordenanza un fragmento de tierras de su propiedad para que sean de uso público, a partir del argumento de que el arroyo no era público, cedía esa porción de tierras al Municipio estimado en unos 33 mil metros cuadrados. De esta manera, donaba el arroyo que había alambrado y reducía la cantidad de metros cuadrados en tierras que debía ceder.
Independientemente de la polémica, la gestión municipal que encabezaban en su momento Walter Saieg y Facundo Torres, aseguró que, a partir de la aceptación de la donación, se iba a lograr el objetivo de liberar el curso de agua, algo que tampoco ocurrió casi ocho años más tarde.
UNA LUCHA QUE CONTINÚA
Luis Rosanova, integrante del Movimiento Caocamillín y vecino de barrio Liniers, que recordó que hay una denuncia en Recursos Hídricos contra La Hornilla por el alambrado del arroyo, realizó una investigación sobre la historia del curso de agua. En ese momento, elaboró un archivo documental para contraponer pruebas contra el dictamen de Recursos Hídricos que nombraba al segmento que cruza por el barrio privado, como “cauce de desagüe pluvial”.
Según los documentos y archivos que recolectó Rosanova, ese lugar siempre se consideró un arroyo. “Parece mentira que en el siglo XXI tengamos que probar la categoría de arroyo, a un curso de agua que marcó la historia de una ciudad junto al que lleva sobre nombre, pero es así, ante la fragilidad del ordenamiento jurídico, ante el poder económico”, planteó en 2013 el vecino cuando dio a conocer los documentos que pudo recabar.
Ante la consulta de este medio, Rosanova recordó: “Fue una vergüenza la aceptación de los concejales de Alta Gracia de recibir como donación un arroyo. Se agrava más, cuando tras esa maniobra que se hizo con la promesa de que iban a sacar el alambre, a ocho años seguimos viéndolo ahí”.
Por su parte, Fabiana Marbián del colectivo Todos por Nuestros Arroyos que también participó del reclamo junto al grupo Caocamillín, expresó: “No podíamos creer lo que estaba pasando, porque sentaron un precedente muy peligroso. Fuera de eso, hoy el arroyo sigue alambrado, por lo que por más que intentaron justificar con argumentos increíbles la maniobra, seguimos sin poder acceder a ese espacio público”.
RESPUESTA MUNICIPAL
Por su parte, el asesor Letrado del Municipio Daniel Villar en diálogo con el programa Formación Tortuga, manifestó: “A este tema del arroyo lo llevamos hasta la última instancia, y nadie puede alambrar algo que es de dominio público. El viernes pasado (por el viernes 11 de junio) estuvimos en el lugar (La Hornilla), (…) y creemos que lo más correcto sería cercar sobre lo que está permitido, sobre el arroyo del costado en la delimitación que tiene la urbanización”.
“Sin querer o queriendo, en esta vorágine que estamos inmersos con la situación de la pandemia nos ocupamos de esa gestión (…), pero nos precede de que vamos al hueso con el tema de los arroyos”, completó el Asesor Letrado, pese a la demora de ocho años de la polémica resolución.
*Por Diego Heredia
