En diálogo con Radio Tortuga 92.9, la pediatra y naturópata Silvia Araya brindó una serie de consejos para cuidar a los más pequeños durante los días de altas temperaturas. Destacó la importancia de prevenir la deshidratación y proteger la salud de los niños y niñas, quienes, junto a las personas mayores, son los grupos más vulnerables en esta época del año.
El impacto del calor en el cuerpo
Araya explicó que las temperaturas extremas, especialmente tras cambios bruscos en el clima, pueden dificultar la adaptación del cuerpo. “Cuando pasamos de días frescos a temperaturas entre 35 y 39 grados, el organismo comienza a sudar más para regularse, lo que implica pérdida de líquidos y minerales. Esto puede generar falta de energía y mareos, dependiendo del estado físico de cada persona”, señaló.
La pediatra subrayó que tanto en las infancias como en las personas mayores es crucial garantizar una adecuada provisión de líquidos, ya que ambos grupos tienen mayor porcentaje de agua en sus cuerpos: “En los niños, este porcentaje alcanza el 80%, mientras que en las personas mayores, la deshidratación tiene un impacto más significativo”.
Araya recomendó evitar tanto el agua sola como los refrescos industriales: “Lo ideal son las aguas frescas caseras, preparadas con frutas de estación licuadas o exprimidas, a las que se les añade agua. Esto no solo mejora el sabor, sino que aporta minerales esenciales”.
Actividades y exposición al sol
Entre las 11 y las 17 horas, la pediatra aconsejó evitar la exposición al sol y a ambientes calurosos. “Lo ideal es que los niños estén en interiores o en lugares bien sombreados durante estas horas. Aunque estén a la sombra, necesitan usar protector solar, así como prendas con filtro UV, como remeras y gorras”, agregó.
Araya sugirió buscar alternativas de entretenimiento en interiores o zonas con sombra, siempre asegurando medidas de protección adecuadas para quienes desean disfrutar al aire libre.
Uso de protectores solares
Respecto a los protectores solares, destacó que para menores de dos o tres años se deben utilizar productos con un factor de protección solar (FPS) 50 o incluso 75 en casos de niños con piel muy clara o problemas dermatológicos.