Se trata de Julio Navarro, quien nació en Santiago del Estero y vive actualmente en Canadá. Es egresado en Astronomía de la Universidad Nacional de Córdoba y el único argentino incluido en la selecta lista realizada por Citation Laureates, entidad que asesora a la academia sueca en la postulación de los candidatos a ganar los Premio Nóbel. Navarro trabaja en una investigación sobre la estructura de los halos de materia oscura, la misteriosa sustancia que mantiene unidas a las galaxias.
En diálogo con la Agencia Télam, destacó que esta posibilidad es «un reconocimiento muy importante y un logro muy emocionante” para su carrera. Navarro cursó sus estudios primarios y secundarios en Santiago del Estero natal y se mudó a Córdoba para seguir su vida académica en la Universidad Nacional, donde se licenció y doctoró en Astronomía.
“Actualmente, es profesor en la Universidad de Victoria de Canadá, donde vive y trabaja; y además es un experto reconocido por sus investigaciones sobre formación y evolución de galaxias, como también sobre estructura cósmica y materia oscura”, precisa Télam. Con prudencia frente a la posibilidad de finalmente quedarse con el Premio Nóbel de Física, Navarro destacó que la postulación “es un testimonio de que nuestro trabajo ha tenido mucho impacto”.
En rigor, explicó: “Hace mucho tiempo trabajo en lo que llamamos materia oscura, que es un componente del universo». Detalló que el universo está formado por partes de «átomo, oxígeno, hidrógeno, carbono, y otros elementos, que son las que llamamos materia ordinaria; y la otra parte que uno conoce de la energía que es la luz, el sol, la luz que viene de las estrellas». Que “la luz típica que nos llega del sol, esa cantidad de materia de luz y de materia normal es ínfima, es un cuatro por ciento de materia y energía total del universo» y que creen que el resto, “el 96 por ciento restante, se divide en dos, una materia oscura, que es una materia que pesa, o sea que tiene gravedad, que hace que las galaxias puedan existir y otra parte es la que llamamos energía oscura que es algo bastante diferente, es una fuerza repulsiva de largo alcance».
Esta materia oscura, entonces, se diferencia de la “materia normal”, al no interaccionar con la luz. «Sabemos dónde está esta materia oscura, cuánto hay, cómo está distribuida», ya que de esa forma «podemos medir los movimientos de estrellas, de galaxias», explicó con destreza docente y notable pasión.
“Lo que yo hago son modelos de números en supercomputadoras, las más grandes del mundo, que tratan de predecir qué tipo de estructuras habrían en el universo, dependiendo de diferentes hipótesis acerca de la materia oscura”, detalló, precisando que se apunta a conocer si hay más o menos galaxias que las observadas, más grandes o más pequeñas.
FUENTE: TÉLAM
