En una entrevista periodística, el delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en la Comisión Nacional de Actividades Especiales (Conae), Emiliano Baum, brindó detalles sobre la crítica situación que atraviesan tanto esta entidad como la empresa VENG, su subsidiaria y encargada de llevar adelante el plan espacial nacional; desde que asumió el presidente Javier Milei.
Según reveló, la política del Gobierno Nacional redujo en términos reales el presupuesto del sector en un 40%. Explicó Baum que esto «va a afectar su funcionamiento», al punto tal de que, según alertó, «a esta altura del año no se sabe hasta cuándo se van a poder seguir pagando los sueldos».
Extraoficialmente, señaló que están al tanto de que sólo hay presupuesto para dos meses más.
La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) es un organismo del Estado y VENG (Vehículo Espacial Nueva Generación) es una sociedad anónima de mayoría de capitales estatales, donde CONAE tiene la mayoría accionaria. La creación este último se da en el año 1997 en el contexto del desarrollo del proyecto Tronador para tener un lanzador nacional que pudiera poner cargas útiles en el espacio como por ejemplo satélites y con el tiempo fue adquiriendo otras funciones.
Este organismo tiene sedes en Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Bariloche y Tierra del Fuego. La empresa VENG actualmente gestiona las dos misiones satelitales que son SAOCOM-1A y SAOCOM-1B. A raíz del recorte presupuestario, todo el sector de ciencia y tecnología se encuentra afectada gravemente.
Desgaste e incertidumbre
Indicó Baum que las autoridades de la Conae «están igual de preocupados que nosotros» y que desde el Gobierno Nacional, la Secretaría de Ciencia y Técnica expresa su preocupación, aunque «con eso no alcanza».
«Son funcionarios de este gobierno, que tiene otros objetivos distintos del desarrollo científico técnico. Están más abocados, más que otros gobiernos, al extractivismo, fundamentalmente del sector energético, y la Conae para ellos no es una prioridad. Al igual que las universidades públicas o el Conicet», subrayó Emiliano Baum, en diálogo con Canal 10.
«Hay una situación de desgaste, tanto en nuestro organismo como en VENG, que se arrastra desde antes de este gobierno, cuando se produjo un descalce de los salarios en toda el área científico-técnica que generó una fuerte salida de trabajadores», reveló el delegado gremial, pero recalcó que con la llegada de la nueva administración nacional, el vaciamiento se hizo más evidente: «En 2024 despidieron diez contratados, de una planta de personal de 274 en Conae. En VENG hay un plantel de 460 trabajadores, de los cuales en Córdoba residen 390. El total del complejo entre Conae y VENG alcanza las 650 personas”.
Por el nivel de implicancia y sinergia entre ambas firmas, alertó Baum que si dejase de trabajar VENG, lo mismo ocurriría con la Conae.
«No deben desperdiciarse 60 años de inversión del pueblo argentino, que comenzó en la década del ’60, que por una mala gestión de un mal gobierno puede terminar todo en el tacho, como ya sucedió en Córdoba con el Proyecto Cóndor», concluyó el delegado gremial.
