Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) comprobó que un extracto obtenido de la piel del maní tiene la capacidad de inhibir el virus del dengue en distintas etapas de su ciclo de replicación. Este hallazgo, que aprovecha un residuo industrial abundante en la región, abre las puertas al desarrollo de tratamientos naturales, económicos y sostenibles contra esta enfermedad.
La investigación, llevada a cabo por científicos del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (INICSA, CONICET-UNC) y del Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS, CONICET-UNRC), fue publicada en la revista científica Plants. Según los especialistas, el extracto de tegumento de maní —la fina piel roja que recubre la semilla— presentó una notable actividad antiviral al bloquear al serotipo 2 del virus del dengue (DENV-2) en modelos in vitro.
Un antiviral con múltiples posibilidades
“Elegimos estudiar el maní porque, además de sus conocidas propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas, Córdoba es una de las principales exportadoras de esta leguminosa, lo que genera grandes volúmenes de piel como subproducto industrial”, explicó Carola Sabini, investigadora del CONICET y líder del proyecto. El equipo demostró que este extracto no solo es seguro para las células huésped, sino que también puede inactivar al virus por completo, incluso en bajas concentraciones.
El análisis mostró que las propiedades antivirales del tegumento están relacionadas con su alto contenido de polifenoles y proantocianidinas, compuestos conocidos por sus efectos antioxidantes y antivirales. El extracto actúa en diversas etapas del ciclo viral, desde la adsorción y penetración del virus en las células hasta la inhibición de la síntesis de ARN viral. Esto sugiere que podría ser utilizado tanto como tratamiento para personas infectadas como medida preventiva.
Sustentabilidad y potencial industrial
El proyecto también destaca por su enfoque sostenible. “Utilizamos un método de extracción ‘verde’ con etanol y buscamos que todos los insumos sean económicos y de origen local, minimizando el impacto ambiental”, agregó Elio Soria, coautor del estudio. Además, el equipo trabaja en colaboración con especialistas en nanotecnología para optimizar la formulación del extracto, desarrollando partículas que mejoren su absorción y eficacia.
El impacto del dengue, una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti, ha crecido a nivel global, sin que existan antivirales efectivos y accesibles. En este contexto, los avances logrados con el tegumento de maní no solo ofrecen una solución innovadora y económica, sino que también revalorizan un residuo agrícola, alineándose con las necesidades de países con recursos limitados.

Próximos pasos
Además de sus propiedades antivirales, los investigadores están explorando el potencial del extracto como inmunomodulador para reducir las respuestas inflamatorias asociadas al dengue. También evalúan su incorporación en alimentos funcionales o suplementos dietarios, ampliando así su alcance terapéutico.
Fuente: CONICET