A pesar de la Ordenanza N°9900 que prohíbe la pirotecnia en Alta Gracia, el uso de fuegos artificiales y bombas de estruendo se percibió por toda la ciudad. El director de Políticas de Seguridad y Relaciones Institucionales, Agustín Saieg, reconoció frente al incumplimiento que se recibieron varias denuncias en la madrugada del 25 de diciembre; sin embargo, atribuyó el hecho a la falta de conciencia social.
“Lo que falta es conciencia social. Podés tener un Estado que regula, pero hace falta conciencia social”, afirmó Saieg, subrayando que, a pesar de los esfuerzos preventivos, la problemática persiste. “Hace dos semanas lanzamos las placas informativas sobre la prohibición de la pirotecnia y su comercialización, pero somos más de 60 mil habitantes. Tuvimos las guardias a tope y no dábamos más”.
El director también destacó que si bien la comercialización de pirotecnia disminuyó considerablemente, controlar su uso sigue siendo un desafío. “Cuando la gente denunciaba, al llegar el móvil ya no había nadie tirando. Hay que agarrarlos infraganti, y eso es muy difícil”, explicó, lamentando las consecuencias para quienes padecen los efectos de la pirotecnia.
Sobre el refuerzo de controles, Saieg fue contundente: “Si en vez de siete móviles ponemos catorce, ¿va a seguir habiendo pirotecnia? Sí, lamentablemente va a seguir habiendo. La única forma de prevenirlo es con conciencia social”.
Ante la pregunta de qué falta para erradicar el uso de pirotecnia, señaló que siempre se puede hacer más. “Con la campaña de prevención iniciamos tres semanas antes y solicitamos ayuda para la difusión a los centros vecinales. Hay que reforzarlo, el Estado tiene una cuota de responsabilidad importante, pero también la ciudadanía que compra pirotecnia”.
Paralelamente, Saieg comparó la situación con las denuncias por molestias en la vía pública por parte de los jóvenes que se reúnen para escuchar música y beber en las calles de la ciudad. En su análisis, señaló que los jóvenes adoptan estrategias para evitar las sanciones: “Hoy los jóvenes ven el móvil y actúan de una forma en la que total no pasa nada. Antes, cuando veíamos un patrullero, había que esconder o tirar todo. La gente quiere más control, y tenemos que analizar si le damos mayor poder de policía a la policía”.
Asimismo, reconoció la complejidad de la situación durante las festividades: “Entiendo que al vecino le moleste que un auto se estacione frente a su casa con jóvenes, pero también es 25 de diciembre. Si los desplazamos de un lugar, se van a otro”. En ese sentido, para el director de políticas de seguridad habría que “reveer el código de convivencia”.
No obstante, destacó que los eventos organizados, como los festejos en Güemes y “Te invito a mi fiesta”, se desarrollaron dentro de los parámetros de normalidad.
Balance en relaciones institucionales
En cuanto al balance en materia de relaciones institucionales, Saieg expresó su satisfacción con el trabajo realizado con los centros vecinales. “Logramos renovar los 24 centros vecinales que teníamos en funcionamiento e incorporamos dos más. Es la primera vez que el barrio El Golf y el barrio Crucero Sur cuentan con sus propios centros vecinales”.
Con 26 centros vecinales funcionando en los 37 barrios de la ciudad, el funcionario destacó el avance en la organización vecinal como una herramienta fundamental para fortalecer la participación ciudadana y abordar las problemáticas locales.