En el marco de la Semana de Che, que culminará el 14 de junio, aniversario de su nacimiento, el museólogo e ideólogo del Museo de Che Luis Rosanova dialogó con Radio Tortuga 102.7.
«Si la Municipalidad está usando la figura del Che para cobrar una entrada, esa plata se tiene que invertir en cultura. Teniendo en cuenta la perspectiva del Che, sería interesante que los fondos del museo favorezcan a la cultura, los deportes o la gente menos favorecida» argumenta uno de los ideólogos de uno de los museos mas visitados de la provincia.
La ciudad de Alta Gracia moldeó al Che y a su vez la familia Guevara influyó en la ciudad. «En la ciudad Ernesto empieza a tener una conexión con la desigualdad social. En esa época Alta Gracia tenía una marcada diferencia entre la aristocracia cordobesa que frecuentaba el Sierras Hotel y la gente de barrio Sur, que trabajaba como sirvientes en el mismo hotel», explica Rosanova.
Las anecdotas sobre «Ernestito» escuchadas desde el presente parecen anticipar la inflexión que dicha desigualdad generó en quien sería una de las figuras más importantes del siglo pasado. «Tenía un liderazgo entre sus compañeros, que eran hijos de jardineros, choferes , trabajadores que vivían sirviendo a sus patrones», contó Rosanova. Un día, un amigo del Che llegó sin guardapolvo a la escuela. Ernesto se sacó el suyo y se lo dió. «Yo tengo dos, le puedo dar uno», le explicaría a su mamá más tarde.
Rosanova no tiene dudas en que Alta Gracia tenia un valor muy particular para el Che. «Cambió su salud y reconstruyó la armonia familiar. Cuando estuve en Cuba con su esposa me contó que Guevara siempre recordaba a Alta Gracia. Fueron felices aquí.»
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