Julieta Reyes: “El Teatro es acontecimiento”

0

Por Marcelo RiolEl estreno de “La Sombra de un Cuerpo Que Vuelve”, nos sirvió de excusa para conversar con Julieta Reyes. En esta entrevista —que hicimos en el patio del Museo de La Estancia Jesuítica— nos sumergimos en el universo de una artista inquieta. Indagamos sobre el quehacer diario de una dramaturga, su gusto por la dirección. Curioseamos sobre sus comienzos y sus influencias.

El teatro se desarrolla sin pausa en Paravachasca, se expande en la búsqueda. Se consolida en espacios como Cañito Cultural en Alta Gracia o el Espacio Abierto de José de La Quintana. Emerge además en espacios no tradicionales. Con el estreno de la última obra de Julieta Reyes, el Refugio Libertad, en San Isidro, se muestra como parte de esa expansión.

Teatro Site Especific

Es sábado, la tarde está gris, fría, un poco brumosa. Es el primer día de frío, de un invierno al que le costó llegar. El Refugio Libertad está más silencioso de lo habitual y su atmósfera de por sí cargada, parece pesar un poco más. Mientras esperamos que comience la obra merodeamos por los edificios derruidos.

Vestida con un mameluco azul la directora nos da la bienvenida, agradece nuestra presencia y se alegra de poder hacer el estreno, a pesar de que estuvieron a punto de suspender la función por la lluvia. Minutos después al pie del mástil, en la desolada plaza de armas del ex Grupo de Artillería 141, entre decenas de cruces blancas comienza la acción.  

“La Sombra de un Cuerpo Que Vuelve” fue pensada y escrita para ese lugar específico, y no podría haber tenido mejor entorno climático para recorrer un museo ficticio de una guerra verdadera, la de Malvinas. Un escenario construido a partir de los despojos. Un lugar rústico y desangelado que, junto al texto y las actuaciones, profundizan lo sensorial.

“Es la primera vez que concibo una obra para este sitio, en el que ya vengo haciendo cosas. Ya había montado una función de “La Joroba”, una obra que dirigí hace tiempo, allí en el Refugio, en otro espacio. Pero esta es la primera obra que concibo desde ese espacio y para ese espacio”, afirma la directora.

Su participación en el Refugio Libertad no se reduce a la producción teatral, allí realiza la gestión y coordinación cultural de este Espacio de La Memoria.

“Hago mucho de gestión, los financiamientos, también trabajo de curaduría siempre hay, no se lleva cualquier obra, hay que salir a buscar lo que queremos que suceda. Es un trabajo bastante amplio, porque también está el proyecto de sitio de memoria. Muchos de los proyectos que presento dialogan con esto”.

Fotografía Germán Saretti

Materializar imágenes

Julieta Reyes nació en Neuquén y allí en su ciudad natal, muy joven, antes de terminar la secundaria dio sus primeros pasos en el mundo teatral. Llegó a la ciudad de Córdoba para estudiar y en la Universidad Nacional terminó la carrera de Teatro, donde completó las dos especializaciones, la actoral y la escenotécnica.

A comienzos de los 2000, las performances, las instalaciones, las proyecciones se integraban al teatro más tradicional y lo experimental corría el margen de lo clásico. Para Julieta espectáculos como los que proponía, entre otros, La Fura Dels Baus fueron una fuerte influencia.

Vinculada al teatro independiente, siempre se inclinó por la composición, por una mirada más integral del teatro. “Me gusta más hablar de puesta en escena. Yo creo que la obra no es un concepto que englobe toda la experiencia de ir a compartir una puesta en escena”.

“La puesta en escena no es solamente en términos visuales, lo que ves de imágenes y luces, sino decisiones de entradas y salidas de personajes, de porqué metes esta escena antes de esta, de porqué vas a decir estos textos, elegir esos actores, con ese físico, con esa edad. Eso también hace a la puesta, al montaje, no en una categoría tan técnica como la luces o el sonido, pero si a la cuestión más compositiva”, de este modo describe un poco esa mirada.

Además del tránsito universitario, estudió con Oscar Rojo —maestro de muchas, enfatiza en Quinto Deva. Se desempeñó en tareas técnicas como la iluminación o el sonido. Se siente más cómoda como espectadora y su sueño es ser invisible. Quizás por eso eligió que su trabajo se desarrolle tras el decorado.

“Nunca me interesó tanto el teatro para actuar si no para un despliegue de mi imaginario. Imagino que es eso, el despliegue del imaginario, que para mí es un acto vital, que se materializa en este caso en una obra de teatro”.

“En el teatro, lo que hacemos es materializar imágenes, lo divertido es la posibilidad de materializar imágenes, porque como al mundo no lo podemos cambiar, si podemos inventarnos otras realidades y además materializarlas. El teatro es acontecimiento, algo físico que sucede es este espacio presente. Y eso, en este mundo atravesado por teléfonos y pantallas… regalarnos el acontecimiento me parece un gesto vital poético, político, social, antropológico”, se entusiasma.

Imagen gentileza Agencia Córdoba Cultura

Entrenar la intuición

Julieta lleva más de una década viviendo en José de La Quintana, pero nunca había desplegado su trabajo aquí en el Valle. Los meses de pandemia le dieron la posibilidad de encontrar nuevos horizontes y desafíos.

“Sigo vinculada a la ciudad de Córdoba, pero laburar en el Valle es hermoso. Estoy en un proceso de descubrir cuál es la identidad del Valle. Estoy conociendo a mucha gente y su trabajo, muchos me parecen muy grosos. Aquí en el Valle encontré el teatro que quiero hacer y en ese sentido encontré un lugar que facilita hacer ese teatro y para mí eso es lo que no tiene precio”.

Para sus últimas creaciones —“Boreal” (2021), de buena repercusión y “La Sombra de Un Cuerpo que Vuelve” (2023)—, los intérpretes fueron seleccionados entre actores y actrices del Valle de Paravachasca, con los cuales trabajó por primera vez.

En ese sentido la dramaturga cree que “entrenar la intuición es El paso. La intuición en verdad no es algo puramente azaroso, lo intuitivo te está hablando todo el tiempo de una experiencia secreta que se va guardando en tu archivo viviente. La intuición es humilde, no está todo el tiempo mostrándose. Lo verbal se muestra, pero la intuición es esa voz que te habla muy secretamente. Yo trabajo así, la intuición me ha dado más satisfacción que la decisión”.

Si tuviésemos la posibilidad de asistir a una retrospectiva de sus puestas, como si de cine se tratara, encontraríamos un hilo que puede definir el estilo de esta artista diversa y profunda, cuyo imaginario no encuentra límites dentro de lo meramente real.

Mundos paralelos, distopías, paradojas temporales o viajes en el tiempo pueden ser las herramientas para abordar temáticas espesas y de honda sensibilidad, donde se cruza lo social, lo ambiental o los derechos humanos.

“Me gusta escribir a partir de la ciencia ficción, sobre la distopía y los territorios. Elijo los resortes dramáticos que tiene la ciencia ficción”, afirma la directora.

Una respuesta poética

Curiosa y decidida, el futuro parece ser el impulso hacia nuevos experimentos vinculados a lenguajes sonoros y visuales. Investigar y decodificar lo que está en el territorio es parte del deseo que la estimula.

“Estoy por empezar un laboratorio itinerante. Tengo ganas que alguno suceda en algún tramo de la nueva autovía. Me parece algo terrible y catastrófico, y conforme van pasando los meses voy viendo la transformación del territorio y como no es posible darle una solución, necesito en mi ser creativo encontrar respuestas poéticas que de otra forma no las puedo hallar”.

El teatro se desarrolla sin pausa en el Valle de Paravachasca. Se expande en la búsqueda de formas nuevas, de espacios alternativos. Sin duda Julieta Reyes es protagonista de este acontecimiento.

Ésta es la música que me acompañó mientras escribía esta nota.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí