El diseñador textil y propietario de la marca Besos de Sapo realizó un más que satisfactorio viaje a Japón. Durante poco más de tres meses, no solo consiguió que su marca se venda en ese país, sino que además grabó un disco acústico. El artista comentó sus sensaciones y proyectos para el 2015.
Martín Lapidus regresó de Japón con ideas, lazos comerciales y un disco a cuestas. El altagraciense de 34 años afirma que le cuesta definirse como artista y tratará de implementar en nuestra ciudad las ideas adquiridas en el país asiático.
¿Cómo surge la posibilidad de viajar a segunda vez a Japón?
En 2012, cuando fui por primera vez, pegamos buena onda con la revista Wooly Magazine, una revista de la escuela de diseño Hoxton College, que este año cumplía diez años. Durante el año pasado hablamos para armar un proyecto conjunto donde se presentaba la segunda colección de Besos de Sapo en Tokio, así que en el marco de los festejos de la revista me invitan por segunda vez. El viaje se extendió por tres meses y diez días y pude viajar por otros países del sudeste asiático como Nepal o Indoesia, que me dieron una amplitud a nivel personal y artístico que hacen que tenga la cabeza dada vuelta.
El viaje fue alucinante, la experiencia quintuplicó mis expectativas, porque no solo terminé generando un lazo comercial, también a partir de marzo comienza a comercializarse mi marca en Tokio, lo cual es muy difícil de lograr.
¿Cómo terminaste grabando un disco en Tokio?
Fue muy gracioso por que fue el mismo día del desfile. Después de la fiesta el dueño de la revista me presenta a Tsumita Tsuruta, uno de los productores de discos más grandes de Japón. Ellos le comentaron que era músico, aunque no había hecho nada allá.
Nos juntamos en un estudio de grabación, donde me hicieron una presentación del lugar y me explicaron un proyecto que estaban realizando y terminé grabando un disco acústico. Ese mismo día contactaron con una radio de allá para que empezaran a pasar mis canciones.
El disco lo empecé a armar acá en Alta Gracia con Edgar Barrionuevo, entonces las canciones las tenía listas. La idea surgió espontáneamente y salió un disco acústico que está buenísimo, no sé si como proyecto comercial pero más que todo como experiencia.
Que te respeten tanto como artista y cantar en castellano en un país donde no existe el castellano es súper importante y respetuoso por parte de ellos.
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