Daniel Brian: «La Magia está detrás de la cámara»

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Por Marcelo RiolSi pudiéramos usar tan solo dos categorías para definir a las personas, una de ellas sería la que agrupa a las pasivas. Aquellas a las que les cuesta conmoverse, las que esperan que las cosas sucedan y que cuando por fin pasan, las reciben sin más. Las que, solo por poner un ejemplo, sostienen incómodas, un trabajo que a diario les consume la vida.

Luego están las apasionadas. Las que no dudan en abandonar un proyecto, cuando la chispa que lo encendió ya no está. Las que no necesitan certezas para encarar nuevas oportunidades. Son aquellas que no esperan a tener todo resuelto para materializar lo que desean.

Daniel Brian, nació y se crió en la ciudad de Alta Gracia. Es comunicador social y su recorrido profesional tuvo varias etapas. Empezó trabajando como camarógrafo en canal 2 Tajamar, cuando era el único con programación propia de la ciudad. Allí fue productor y por muchos años fue también editor. Antes de eso, con apenas trece años hizo radio, por lo que la comunicación es algo que lleva consigo desde siempre.

Unos años más tarde, junto a Sebastián Gualda y Ana Laura López, fundó la revista Tangente. Una publicación que entre sus páginas se podían encontrar notas sobre cultura, política o ambiente. Por aquel tiempo fue también protagonista en la creación de Radio Tortuga. Sin embargo sentía que el periodismo no le alcanzaba. Necesitaba un lenguaje que le diera mayor libertad.

De ese modo descubrió que desde la ficción, captada a través de una cámara, podía contar mejor lo que sentía indispensable expresar. El cine se convirtió en la herramienta para transmitir «las verdades» que lo inquietaban, siempre poniendo su mirada personal y comprometida.

En ese recorrido impulsado por la ganas, primero fue todo corazón para adentrarse en un lenguaje que no dominaba. A puro tropezón y verborragia audiovisual fue cimentando un camino que tuvo siempre a Alta Gracia como escenario y fuente de inspiración. Una conversación que escuchó al pasar, una imagen aleatoria vista desde un colectivo, lo cotidiano, fueron disparadores para contar historias.

«La Conjura», película de 2012, es la muestra de este recorrido. Esta obra fue filmada con una cámara compacta, que lejos estaba de ser la herramienta más adecuada. El film nació a partir de la experiencia acumulada en talleres que dictaba en los barrios de Alta Gracia, donde se enseñaban los rudimentos del teatro y el arte audio visual.

«La Conjura fue una película hecha por la ganas de hacer. Con muy poquitas cosas relacionadas a lo profesional. En los talleres, que dábamos en los barrios a gente de todas las edades, fuimos juntando historias, anécdotas que tenían que ver con el lugar. En esa mezcolanza se fue generando un guión».

«Es una historia que desborda de ganas de ser contada y al mismo tiempo le falta una buena estructura narrativa. Todo lo que no pudimos contar en tantos años, lo hicimos en «La Conjura». No reniego de eso, creo que es la forma», relata Daniel con mirada retrospectiva.

Documentales y ficciones

Además de «La Conjura», Daniel Brian realizó cortos y documentales. Entre ellos «Alta Gracia Ciudad del Che», una película que cuenta la vida de Ernesto Guevara en la ciudad y cómo la casa en la que vivió junto a su familia se convirtió en Museo.

Desde su forma de ver, «cuando uno empieza a contar cosas relacionadas a su lugar, la mirada es mucho más sincera. Por más que el producto no sea perfecto, es más sincero, más auténtico que muchas otras películas. Hay sobrados ejemplos de estrenos recientes realizados con millones de pesos puestos por el Estado y por privados que apuestan a lo seguro y que no se sostienen. Que no tienen pasión y que solo están hechas para comerciar».

Para este realizador, en sus trabajos lo social es indivisible de la obra. La magia que llega intacta a la sala, es la continuidad de la energía puesta por el equipo que realiza el film. Considera que sus trabajos siempre han sido mejorados por quienes participaron de ellos. «El cine es un equipo haciendo arte, para mi la magia está detrás de la cámara», afirma el guionista y director.

Aunque la pandemia retrasó el proyecto para realizar el largometraje «Trampero», en noviembre de 2021 estrenó una precuela de esta historia. Esta película no es exactamente un corto, si no más bien la historia del personaje principal, contada algunas décadas antes de lo que sucede en «Trampero». De algún modo su estreno buscó mantener el impulso para finalmente llevar adelante esta producción, cuyo rodaje podría comenzar en los próximos meses.

Del set a la docencia

Una arista insoslayable en la trayectoria de Daniel Brian es la vinculada a la docencia. Convocado por amistades que integraban la comunidad educativa del Colegio Anglo Americano, comenzó hace casi una década con talleres de comunicación. Sin querer, en aquel momento, se adelantó a lo que luego sería parte de la especialidad de comunicación en todas las escuelas secundarias de la provincia.

En este recorrido, muchos de los trabajos realizados por sus alumnos, tanto del Anglo Americano como del IPEM 97, han participado del Festival de Cine Tiza, incluso alguno de ellos han recibido reconocimientos.

En un sistema educativo, que hace tiempo está desfasado respecto de la realidad y expectativas de lxs estudiantes, el entusiasmo que genera en sus alumnos es lo que alimenta su actividad como docente. Se siente a gusto compartiendo su pasión y cree que los adolescentes se contagian y valoran ese sentimiento.

Una mirada sobre la cultura local

Celebra que Alta Gracia haya recibido en los últimos años a personas que llegaron de distintos lugares del país. «La gente que ha llegado de otras ciudades trae una mirada distinta. A la vez que traen la intoxicación de las grandes urbes, nos ayudaron a desintoxicarnos, en el mejor sentido, de algunas cosas del pueblo».

«Costumbres, prejuicios, preceptos que se repiten y eso se fue rompiendo con la llegada de gente nueva, Y a nosotros, que teníamos la intención de cambiar algunas cosas fue un una ayuda para lograrlo», señala el realizador cuyos trabajos, todos ellos, están íntimamente relacionados a la ciudad.

Sobre la actualidad cultural de la ciudad su mirada es clara. Destaca la gran cantidad y calidad de artistas, además del enorme potencial artístico de los habitantes del Valle. Sin embargo cree que no hay redes que impulsen todo ese potencial. «Hay artistas, hay gestorxs, pero faltan redes, faltan vínculos».

«Estamos pagados de nosotros mismos, solo está bueno lo que nosotros hacemos. Me parece que falta ese espacio común donde los cambios se hacen de forma colectiva», de ese modo Brian expresa su observación crítica.

Si solo existieran dos categorías caprichosas para definir a las personas, sin dudas Daniel Brian, no integraría la lista de las pasivas, de las frías. Con seguridad, estaría entre las que no necesitan certezas para encarar nuevas oportunidades. Daniel Brian formaría parte de los apasionados.

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