A 55 años del Cordobazo, una de las rebeliones populares más significativas de Latinoamérica en el siglo XX, Ilda Bustos, secretaria general de la Unión Obrera Gráfica, dialogó con Radio Tortuga 92.9 y destacó la importancia de este hito que obligó a la dictadura de Juan Carlos Onganía a retroceder en sus planes de permanecer 20 años en el poder.
El 29 de mayo de 1969, obreros y estudiantes se concentraron en el centro de la capital cordobesa y en distintas zonas de la ciudad para rechazar la política económica del ministro Adalbert Krieger Vasena, quien había resuelto derogar el “sábado inglés”.
Bajo un marcado clima de tensión, uno de los hechos que desencadenaron la rebelión se registró en horas del mediodía del 29 de mayo, cuando Máximo Mena, obrero de la compañía IKA Renault, murió baleado por la fuerza policial en la esquina de Bulevar San Juan y Arturo M. Bas. El levantamiento popular se extendió con barricadas por el casco céntrico y zonas aledañas, lo que obligó a que los efectivos policiales se replegaran.
«El Cordobazo fue crucial por la acción colectiva y las consecuencias políticas que tuvo. Este evento marcó el fin de la dictadura de Onganía, que tuvo que dar marcha atrás gracias a la movilización popular», señaló Ilda Bustos.
Además, subrayó el legado duradero de la unidad del movimiento obrero, que en aquel entonces también estaba dividido, como ha sido común en la historia de la provincia. «La conducción de la CGT Córdoba logró unificar al movimiento obrero con el objetivo de llevar adelante reivindicaciones que se transmitieron a los sectores populares», explica.
La unidad en aquellos días se representaba en la «mesa de tres patas»: Agustín Tosco (Luz y Fuerza), Elpidio Torres (Smata) y Atilio López (UTA), quienes venían de diferentes concepciones políticas y sindicatos. «Esa unidad fue lo que hizo posible el Cordobazo y es el legado que debemos preservar», afirmó Bustos.
Un legado en el contexto actual
Bustos además reflexionó sobre las diferencias entre el contexto actual y el de la época del Cordobazo. «Los contextos sociales han cambiado. El Cordobazo ocurrió en una Córdoba industrial con una perspectiva de desarrollo que lamentablemente hoy no tenemos», expresó. Sin embargo, señaló que la unidad sigue siendo relevante para el movimiento obrero de Córdoba.
El 25 de mayo, ante la visita del presidente, se llevó a cabo un acto que ejemplifica esta unidad: «La unidad de las cuatro centrales sindicales de Córdoba y otros sectores identificados con esta causa hizo posible este acto. Hoy más que nunca, casi todos los sectores del movimiento obrero comprenden el legado del Cordobazo», aseguró.
Bustos también advierte contra una visión meramente nostálgica del pasado: «No debemos ver el Cordobazo con nostalgia, sino trasladar sus enseñanzas a nuestro presente. La historia sirve para eso. En Córdoba, esta fecha es indispensable para comprender nuestro camino».
«Soy parte de la generación que es producto de ese acontecimiento. El Cordobazo marcó a las generaciones que siguieron», concluyó Bustos, subrayando la vigencia y relevancia de aquel histórico acontecimiento.
