La defensora de la última dictadura, Cecilia Pando, luego de un fracasada audiencia de conciliación, avanzó judicialmente con una demanda por la que pretende obtener una suma de 70 mil pesos, como reparación de la supuesta ofensa que sufrió por una sátira publicada en la revista Barcelona. La asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (AReCIA) explicó por qué su maniobra judicial no tiene ningún sustento.
Para evitar este tipo de represalias, la jurisprudencia argentina ha dejado en claro que no constituye delito parodiar noticias públicas, que es exactamente lo característico del estilo de Barcelona. AReCIA interpreta, entonces, que esta demanda constituye una maniobra con la que sectores antidemocráticos intentan poner en peligro la continuidad de una revista cultural independiente. Y que sus consecuencias jurídicas negativas pueden afectar el libre ejercicio de la libertad de expresión de toda la edición independiente.
– El caso Ricardo Bussi contra Mario Pergolini. El hijo del genocida Antonio Bussi había demandado a Pergolini por un sketch en el programa Caiga quien Caiga. El fallo sostuvo que “la expresión satírica utiliza el humor o lo grotesco para manifestar una crítica” y que “la sátira no genera obligación de indemnizar”.
– El caso Silva Baéz contra Cuatro Cabezas. Esta sentencia también consideró que “Si el humor trajera aparejada indemnizaciones a favor de quienes se sientan ofendidos por este tipo de sátiras, nuestros tribunales se verían inundados de reclamos por daño moral con consecuencias imprevisibles, casi grotescas”.
– Dos demandas contra la Revista Humor con sentencias en el mismo sentido. Una de ellas, iniciada por María Julia Alsogaray. Del repaso por todas esas sentencias la revista Barcelona sostiene: “desde el punto de vista jurídico, cabe concluir que está totalmente permitido por el derecho nacional y comparado ejercer el derecho de sátira como lo hace la Revista Barcelona sin tener que responder civilmente”.